viernes, 24 de octubre de 2008

Rosario Castellanos

Rosario Castellanos
Y su visión de la justicia



Rosario Castellanos nació en el Distrito Federal, en 1925, pero desde que le fue posible viajar, su familia se trasladó a San Cristóbal de la Casas, donde pasó toda su infancia y primera juventud y estudió hasta la secundaria; abandonó ese estado sólo cuando llegó a la edad de continuar la preparatoria e ingresar a la universidad.
Pero quedó muy marcada con lo que vio, estudió y observó esos primeros años de su vida. Su familia poseía tierras, aunque perdió mucho a raíz de la Reforma Agraria, que durante el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas afectó haciendas y latifundios.
De cualquier manera, su familia, aunque empobrecida, siguió siendo de las privilegiadas; ella, hija única a raíz de la muerte de su hermano menor, fue criada por una nana, casi de su edad, que la cuidaba y jugaba con ella.
Como mucha gente que vivía en esas condiciones, pudo sopesar y observar las diferencias de dos mundos: el de los blancos, adinerados, que gozaban de una posición socioeconómica superior; y al mismo tiempo el de los indígenas, empobrecidos, quienes recibían una paga que no equivalía al trabajo realizado y que estaban acostumbrados a obedecer órdenes, no sólo laborales, que les comunicaban los blancos. Ambas partes aceptaban la superioridad de unos e inferioridad de otros.
Eso venía desde los tiempos de la conquista y se prolongó de manera natural toda la colonia; no desapareció con la independencia de 1821, tampoco con el triunfo de la fracción liberal en 1857, ni después, cuando el ejército liberal expulsó a los invasores que intentaron establecer en México el segundo imperio. Más bien se agudizó tras los largos periodos presidenciales de Porfirio Díaz. A lo largo de cuatro siglos Chiapas, rica en cultivos, selva y calor humano y vegetal, ha sido uno de los estados menos favorecidos por las políticas que han gobernado México desde que era parte de España. Rosario Castellanos vivió esas injusticias de niña y adolescente.
Aunque pertenecía a una familia adinerada, convivía con niños indígenas, comía con ellos, jugaba con ellos. Tenía una doble vida, como la de todos los que pertenecían a su misma clase socioeconómica, sólo que ella, en vez de crecer considerándose privilegiada, dueña de la vida de sus sirvientes, prefirió ponerse del otro lado de la acera, se identificó con los desposeídos y trató de servirles.
Al terminar la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México se fue a vivir una temporada a la tierra que la vio crecer, y con devoción franciscana se dedicó a educar a los indígenas, trabajó en su beneficio, escribió obras de teatro para que los niños chiapanecos aprendieran a leer y a escribir, y de esta manera adquirieran las otras herramientas para tener una vida más digna. Trabajó para el Instituto Nacional Indigenista, con la convicción de que los superiores no eran los blancos, los adinerados, los poderosos, sino los humildes, los explotados.
Pero no los convirtió en héroes, sino que los miró como a seres humanos, con muchas virtudes y también muchos defectos derivados de la miseria en que viven.
Retrató algunas de sus experiencias en sus dos novelas, “Balún Canán” y “Oficio de tinieblas”; pero donde mostró con más exactitud los contrastes entre ambas visiones de la vida fue en los relatos inexorables, a veces rudos, aunque bellísimos, de “Ciudad real”.
Pero Rosario Castellanos no tenía una visión trágica de la vida y también retrató a los otros, a los privilegiados, en otro volumen de cuentos, “Los convidados de agosto”, e hizo evidente su sentido de la superioridad y cómo la vida se les revierte y los castiga con crueldad; su cursilería y su ridiculez, que los lleva a tratar con el silencio los hechos que son conocidos por todos y que pretenden, al callarlos, hacer como que no sucedieron. El lenguaje de Castellanos en estos relatos es más fluido, menos tenso y mucho más humorístico.
Murió en 1974, cuando era embajadora de México en Israel. El fallecimiento de Castellanos fue a consecuencia de una descarga eléctrica recibida por una lámpara al querer contestar el teléfono momentos después de salir de una ducha.[1]



EDUARDO MEJÍA.







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[1] El subrayado es mío.

jueves, 23 de octubre de 2008

Las penas del joven Werther

'La amada Lotte y el joven Werther'






24 de Noviembre

No ignora Lotte lo que sufro. Su mirada ha penetrado hoy hasta lo más profundo de mi corazón. La encontré sola: yo no despegaba mis labios, y ella me miraba fijamente. Absorto ante aquella mirada sublime, llena de afectuoso interés y dulce compasión, no veía en aquel momento su seductora belleza, ni la aureola de inteligencia que ilumina su frente. ¿Por qué no me arrojé a sus pies, o la estreché en mis brazos, encubriéndola de besos? Se puso al piano; a sus armoniosos acordes unió su dulce y melodiosa voz. No he visto nunca más adorables sus labios; parecía que se entreabrían lánguidamente para aspirar los dulces sonidos del instrumento y exhalarlos de nuevo, suavizados por su hálito. ¡Ah! ¡Si yo pudiera hacer que compartiese conmigo lo que entonces sentí! Incliné la cabeza desfallecido y me juré no atreverme jamás a imprimir un beso en aquella boca…, en aquella boca donde revoloteaban los celestiales serafines. Y, sin embargo, yo quiero… No; hay una barrera inaccesible que la separa de mi alma. ¡Destruir esta pureza…! Y, luego, el castigo que sigue al pecado… ¿Pecado?

martes, 21 de octubre de 2008

Dulce Chacón




La Guardia Civil fotografió el cadáver de Mateo, y el de cada uno de los guerrilleros que murieron en El Pico Montero, y expuso las fotografías en los escaparates de las tiendas de todos los pueblos de El Llano. Seis hombres. Y una chiquilla. Los rumores que corrían señalaban la trampa en la que caerían los que reconocieran a sus muertos. Sólo unos pocos confiaban en que les entregarían los cadáveres, y no serían dtenidos ni interrogados. Los demás miraban los retratos procurando controlar la emoción para que su rostro no les delatara al conocer la muerte de los suyos. Miraban. Guardaban silencio y se alejaban sin un gesto de dolor, sin una lágrima.


(1954 - 2003)

Dulce Chacón (Zafra, 1954-Madrid, 2003), poeta y novelista, publicó los libros de poemas Querrán ponerle nombre (1992), Las palabras de la piedra (1993), Contra el desprestigio de la altura (Premio de Poesía Ciudad de Irún 1995) y Matar al ángel (1999), todos ellos recogidos en el volumen Cuatro gotas (2003) . Como narradora publicó las novelas Algún amor que no mate (1996), Blanca vuela mañana (1997), Háblame, musa, de aquel varón (1998) -que componen la Trilogía de la huida-, Cielos de barro (Premio Azorín 2000) y La voz dormida (2002), Premio al Libro del Año 2002 del Gremio de Libreros de Madrid. También es autora de la obra de teatro Segunda mano (1998) y de la versión para la escena de Algún amor que no mate (2002). Su obra se ha traducido a varios idiomas.

domingo, 19 de octubre de 2008

EN ESTE LUGAR

Recuperado el abismo de la noche pasada, recuperado de las ideologías que no me permitían ver la ideología. Ahora no comprendo cual es el camino a seguir, todos son caminos y nada es un destino fijo. Ahora me encuentro en medio de éste gran llano donde los jimadores repasan las navajas derramando la miel de la tierra, no saben donde están, no me dejan saber donde estoy. Es incapaz la razón sacarme de aquí, de éste lugar tan desconocido como mi cuerpo mismo.

jueves, 16 de octubre de 2008

La charla trivial y las malas compañías.

La charla trivial y las malas compañías.

Otro de los obstáculos para aprender el arte del ser es entregarse a la charla trivial y a las mala compañías.
¿Qué es trivial? Viene del latín tri-via (cruce de tres caminos) y suele denotar “tópico”, vulgar, mediocre e insignificante. Podríamos definir, pues, “trivial” como la postura que se interesa sólo por la superficie de las cosas, no por sus causas ni interioridades; la postura que no distingue entre los esencial y lo inesencial, o que tiende a confundir ambas cualidades. Podemos decir que la trivialidad se deriva del vacío, la indiferencia y la rutina, o de cualquier cosa que no esté relacionada con la misión esencial del hombre: nacer plenamente.
En este sentido definía Buda la charla trivial, diciendo: “Cuando el ánimo de un monje lo incline a conversar, deberá pensar así: “No entraré en esa baja especia de conversación que es vulgar, mundana e insustancial; que no lleva al desapego, al desapasionamiento, suspensión, tranquilidad, conocimiento directo, iluminación y extinción; a saber, hablar de reyes, ladrones, ministros, ejércitos, hambre y guerra; de comida, bebida, vestido y vivienda; de joyas, perfumes, parientes, vehículos, aldeas, villas, ciudades y países; de mujeres y vino, de los chismes de la calle y de la fuente, hablar de los antepasados, de pequeñeces, de historias sobre el origen del mundo y del mar, de si las cosas son así o asá, y temas parecidos”. Entonces comprenderá todo claramente.
))”pero la conversación que sirva de ayuda para llevar una vida austera, que convenga a la claridad mental, que lleve al completo desapego, despasionamiento, suspensión, tranquilidad, conocimiento directo, iluminación, extinción…”
Uno se inclina a creer que la gente necesita guerras, crímenes, escándalos y aún enfermedades, para tener algo de qué hablar, o sea, con el fin de tener un motivo para comunicarse, aunque sea en el plano de la trivialidad. En efecto, si los hombres se han transformado en mercancías ¿Cómo puede ser su conversación, sino trivial? Si los productos del mercado pudiesen hablar, ¿no charlaría sobre los clientes, sobre el comportamiento de los vendedores, de su esperanza de conseguir un precio alto y de su decepción al quedar claro de que no se van a vender?

Mala compañía no es sólo la de personas meramente triviales, sino también la compañía de personas malas, sádicas, destructivas y hostiles a la vida. Pero, podríamos preguntarnos, ¿qué peligro hay en la compañías de malas personas cunado no traten de perjudicarnos, de una manera u otra?
Para contestar esta pegunta, debe tenerse en cuenta una ley de las relaciones humanas: no hay encuentro entre dos personas que no tenga una consecuencia para las dos. Ninguna reunión de dos personas, ninguna conversación entre ellas, excepto quizá la más casual, deja a ninguna de las dos personas como eran, a pesar de que el cambio pueda ser mínimo, y no reconocerse sino por su efecto acumulado en el caso de trato frecuente.
¿Y qué importa si los demás no nos entienden? Cuando nos exigen hacer sólo lo que entienden, lo que hacen ellos es tratar de imponérsenos. Si dicen que somos “raros” o “insociables”, que lo digan. Lo que les molesta, sobre todo, es nuestra libertad y nuestra valentía de ser nosotros mismos. A nadie tenemos que rendir cuentas, mientras no hagamos daño a nadie. ¡Cuantas vidas se han arruinado por esta necesidad de “explicarse”!, lo que suele querer decir que la explicación se “entienda”, esto es, se apruebe. Que juzguen nuestros actos y, por ellos, nuestras intenciones verdaderas, pero sepamos que una persona libre sólo debe rendir cuentas a sí misma, a su razón y a su conciencia, así como las pocas personas que puedan tener justo derecho a ello.[1]



[1] FROMM Erich (1989) Del tener al ser. (obra póstuma) Paidós, México. Pp 36, 37 y 39.

miércoles, 15 de octubre de 2008




En larguísimos túneles sombríos duermen las niñas alineadas como botellas de champaña, los maléficos ángeles del sueño las repasan en silencio, golosos catadores prueban una por una las almas en agraz les ponen sus gotas de alcohol o de acíbar sus granos de azúcar. Viene luego la promiscuidad de los brindis conforme van saliendo las cosechas al mercado hay que compartir el amor porque es una fermentación morbosa, se sube pronto a la cabeza y nadie puede consumir una mujer entera

¡kalenda maya la fiesta continúa!

-Juan José Arreola .

Música: La Barranca.

viernes, 26 de septiembre de 2008

El control

“ES INCONTENIBLE LA TERRIBLE REALIDAD QUE EXISTE AFUERA, NO ES NECESARIO SALIR DE MI HOGAR PARA CONOCER LA VIDA, NO COMPRENDO LAS REGLAS DEL JUEGO DE LA VIDA, COMPRENDO MUCHO MEJOR LAS DE ÉSTE JUEGO, DEL JUEGO QUE YO COMANDO… LA VENTANA QUE DA A LA CALLE ES UN ALTAR PARA LA LIBERTAD, ALGO A LO CUAL YO NO PUEDO ACCEDER, NO QUIERO, ME RESISTO A DEJAR EL CONTROL…”

-Un niño que jugaba X-Box.

del LIBRO DE LOS ABRAZOS





LA TELEVISIÓN/2

La televisión, ¿muestra lo que ocurre?
En nuestros países, la televisión muestra lo que ella quiere que ocurra; y nada ocurre si la televisión no lo muestra.
La televisión, esa última luz que te salva de la soledad y de la noche, es la realidad. Porque la vida es un espectáculo: a los que se portan bien, el sistema les promete un cómodo asiento.





EL MUNDO

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso –reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.






miércoles, 24 de septiembre de 2008

Al filo del Agua

Al filo del agua es una expresión campesina que significa el momento de iniciarse la lluvia, y -en sentido figurado, muy común- la inminencia o el principio de un suceso.
Quienes prefieran, pueden intitular este libro en En un lugar en el arzobispo, El antiguo régimen, o de cualquier modo semejante. Sus páginas no tienen argumento previo; se trata de vida -canicas las llama uno de los protagonistas- que ruedan, que son dejadas rodar en estrecho límite de tiempo y espacio, en un lugar del Arzobispado, cuyo nombre no importa recordar.



ACTO PREPARATORIO[1]







Pueblo de mujeres enlutadas. Aquí, allá, en la noche, al trajín del amanecer, en todo el santo río de la mañana, bajo la lumbre del sol alto, a las luces de la tarde –fuertes, claras, desvaídas, agónicas-; viejecitas, mujeres maduras, muchachas de lozanía, párvulas; en los atrios de iglesias, en la soledad callejera, en los interiores de tiendas y de algunas casas –cuán pocas- furtivamente abiertas.
Gentes y calles absortas. Regulares las hiladas de muros, a grandes lienzos vacíos. Puertas y ventanas de austera cantería, cerradas con tablones macizos, de nobles, rancias maderas, desnudas de barnices y vidrios, todas como trabajadas por uno y el mismo artífice rudo y exacto. Pátina del tiempo, del sol, de las lluvias, de las manos consuetudinarias, en los portones, en los dinteles y sobre los umbrales. Casas de las que no escapan rumores, risas, gritos, llantos; pero a lo alto, la fragancia de finos leños consumidos en hornos y cocinas, envuelta para regalo del cielo con telas de humo.
En el corazón y en los aledaños el igual hermetismo. Casas de las orillas, junto al río, junto al cerro, al salir de los caminos, en la nobleza de su cantería, que sella dignidad a los muros de adobe.
Y cruces al remate de la fachada más humilde, corona de las esquinas, en las paredes interminables; cruces de piedra, de cal y canto, de madera, de palma; unas, anchas, otras, altas; y pequeñas, y frágiles, y perfectas, y toscas…




“Pueblo de mujeres enlutadas…” Es el México que siempre ha estado bajo el miedo de una moral falsa e impuesta por unos cuantos para controlar a unos muchos. Ésta novela muestra como el cegarse por la fe es tan perjudicial como confiarle la vida a un asesino. Es la fe la que está hecha para liberar al hombre de sus cadenas mundanas y terrenales, lo que lo hace libre en su pequeño mundo, la que le permite ver más allá de éste, del mundo que sólo unos pocos gobiernan. Al filo del agua es una novela tan real y actual que no importa que se haya escrito hace más de 60 años, es el México que sigue estando al filo del agua de su vida política, social y cultural. Lo contradictorio es que sólo nos mantenemos al filo del agua, de ahí no pasamos, es necesario dar el siguiente paso: una revolución metal, la revolución que inicia dentro de uno mismo, donde estructuras y mitos se colapsen para dar cabida a un nuevo individuo y, por ende, a una nueva sociedad hambrienta de cambios. A escasos 2 años para cumplir el centenario y bicentenario de acontecimientos tan trascendentes para el país: aún no pasa nada, no pasa nada en la calle, en las escuelas, en el barrio y en la mente individual. No pasa nada porque así nos mantienen, gracias a la tele no pasa nada: “apaga la tele y enciende un libro” dice el buen Rius.
Es México un pueblo de mujeres enlutadas pues siempre estamos en constante luto; estamos a la orilla de nuestra tumba simbólica llorando nuestro penar como sociedad, quejándonos del vecino y de los más allegados, quejándonos de todo pero nunca nos quejamos de nosotros mismos, no somos capaces de vernos, de conocernos y de sentirnos: no nos damos cuenta que el que está dentro de esa caja somos nosotros mismos, no lloramos a nosotros, pues siempre caminamos errados, sin darnos cuenta que somos nosotros mismos quienes podemos enderezar ese andar por éstos caminos de la patria. Es peligroso andar por el mundo y no conocerse uno mismo, pues así somos presa fácil para cualquier abusado.
Es pues que al escribir estas líneas te recomiendo ésta novela tan poética; básica para el librero, o mejor dicho, para la mente de cada mexicano ávido del conocimiento de la historia y literatura del país.


-Jaime Johnston.










[1] YAÑEZ Agustín (1947) Al filo del agua Ed. Porrúa, México.

domingo, 21 de septiembre de 2008

LIBERTAD BAJO PALABRA




Allá, donde terminan las fronteras, los caminos se borran. Donde empieza el silencio. Avanzo lentamente y pueblo la noche de estrellas, de palabras, de la respiración de un agua remota que me espera donde comienza el alba.
Invento la víspera, la noche, el día siguiente que se levanta de su lecho de piedra y recorre con ojos límpidos un mundo penosamente soñado. Sostengo al árbol, a la nube, a la roca, al mar, presentimiento de dicha, invenciones que desfallecen y vacilan frente a la luz que disgrega.
Y luego la sierra árida, el caserío de adobe, la minuciosa realidad de un charco y un pirú estólido, de unos niños idiotas que me apedrean, de un pueblo rencoroso que me señala. Invento el terror, la esperanza, el mediodía -padre de los delirios solares, de las falacias espejeantes, de las mujeres que castran a sus semejantes de una hora.
Invento la quemadura y el aullido, la masturbación en las letrinas, las visiones en el muladar, la prisión, el piojo y el chancro, la pelea por la sopa, la delación, los animales viscosos, los contacto innobles, los interrogatorios nocturnos, el examen de conciencia, el juez, la víctima, el testigo. Tú eres esos tres. ¿A quién apelar ahora y con qué argucias destruir al que te acusa? Inútiles los memoriales, los ayes y los alegatos. Inútil tocar a puertas condenadas. No hay puertas, hay espejos. Inútil cerrar los ojos o volver entre los hombres: esta lucidez ya no me abandona. Romperé los espejos, haré trizas mi imagen -que cada mañana rehace piadosamente mi cómplice, mi delator. La soledad de la conciencia y la conciencia de la soledad, al día pan y agua, la noche sin agua. Sequía, campo arrasado por un sol sin párpados, ojo atroz, oh conciencia, presente puro donde pasado y porvenir arden sin fulgor ni esperanza. Todo desemboca en ésta eternidad que no desemboca.
Allá, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, invento la desesperación, la mente que me concibe, la mano que me dibuja, el ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, mi semejante; y a la mujer, mi contrario: torre que corono de banderas, muralla que escalan mis espumas, ciudad devastada que renace lentamente bajo la dominación de mis ojos.
Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Dos de Sabines


**


QUISE HACER DINERO,

vivir sin trabajar,

disfrutar de las cosas del mundo.

Pero ya estaba escrito

que he de comer mi piedra

con el sudor de mi corazón.





**

CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE

esconde la cabeza bajo la almohada

y cuenta custro mil borregos.

Quédate dos días sin comer

y verás que hermosa es la vida:

carne, frijoles, pan.

Quédate sin mujer: verás.


Cuando tengas ganas de morirte

no alborotes tanto: muérete

y ya.



-Jaime Sabines.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Es cantidad, es fuego.

Es cantidad, es fuego,
no se implica en la delicadeza vital,
no importa la distancia y el esfuerzo,
sólo es que no importa nada,
todo sucumbe a la mente,
nada queda en el cuerpo.
No importa el retorno,
es la enseñanza del mismo lo que trasciende,
no implica regreso, no implica movimiento;
es instinto de vida la apariencia,
es recoger lo que se tumba, lo que se cae,
implica importancia, no ligereza.
Si mueres bienvenido, si vives: ¡sigue peleando!.


-Jaime Johnston.

martes, 26 de agosto de 2008

Tributo a Rosario Castellanos

XXII[1]











El aire amanece limpio, recién pronunciado por la boca de Dios. Pronto va llenándose de estrépito del día. En el establo las vacas hechan su vaho caliente sobre el lomo de los ternerillos. En la majada se esponjan los guajolotes mientras las hembras, feas y tristes, escarban buscando un gusano pequeño. La gallina empolla solemnemente, sentada en su nido como en un trono.
Ya aparejaron las cabalgaduras. Salimos temprano de Bajucú, porque la jornada es larga. Vamos sin prisa, adormilamos por el paso igual de los indios y de las bestias. Entre las espesura de los árboles suenan levemente los pájaros como si fueran la hoja más brillante y más verde. De pronto un rumor domina todos los demás y se hace dueño del espacio. Es el río Jataté que anuncia su presencia desde lejos. Viene crecido, arrastrando ramas desgajadas y ganado muerto. Espeso de barro, lento de dominio y poderío. El puente de hamaca que lo cruzaba se rompió anoche. Y no hay ni una mala canoa para atravesarlo.
Pero no podemos detenernos. Es preciso que sigamos adelante. Mi padre me abraza y me sienta en la parte delantera de su montura. Ernesto se hace cargo de mi hermano. Ambos espolean sus caballos y los castigan con el fuete. Los caballos relinchan, espantados, y se resisten a avanzar. Cuando al fin entran al agua salpican todo su alrededor de agua fría. Nadan, con los ojos dilatados de horror, oponiendo su fuerza a la corriente que los despeña hacia abajo, esquivando los palos y las inmundicias, manteniendo los belfos tenazmente a flote. En la otra orilla nos depositan, a Mario y a mí, al cuidado de Ernesto. Mi padre regresa para ayudar el paso de los que faltan. Cuando estamos todos reunidos es hora de comer.
Encendemos una fogata en la playa. De los morrales sacamos las provisiones: rebanadas de jamón ahumado, pollos fritos, huevos duros. Y un trago de comiteco por el susto que acabamos de pasar. Comemos con apetito y después nos tendemos a la sombra, a sestear un rato.
En el suelo se mueve una larga hilera de hormigas, afanosas, trasportando migajas, trozos diminutos de hierba. Encima de las ramas va el sol, dorándolas. Casi podría sopearse el silencio.
¿En qué momento empezamos a oír ese ruido hojarasca pisada? Como entre sueños vimos aparecer ante nosotros un cervato. Venía perseguido por quién sabe qué peligro mayor y se detuvo al borde del mantel, trémulo de sorpresa y de miedo; palpitantes de fatiga los ijares, húmedos los rasgados ojos, alerta las orejas. Quiso volverse, huir, pero ya Ernesto desenfundado su pistola y disparó sobre la frente del animal, en medio de donde brotaba, apenas, la cornamenta. Quedó tendido, con los cascos llenos de lodo de su carrera funesta, con la piel reluciente del último sudor.
-Vino a buscar su muerte.
Ernesto no quiere adjudicarse méritos, pero salta a la vista que está orgullos de su hazaña. Con un pañuelo limpia cuidadosamente el cañón de la pistola antes de volverla a guardar.
Mario y yo nos acercamos con timidez hasta el sitio donde yace el venado. No sabíamos que fuera tan fácil morir y quedarse quieto. Uno de los indios, que está detrás de nosotros, se arrodilla y con la punta de una varita levanta el párpado del ciervo. Aparece un ojo extinguido, opaco, igual a un charco de agua estancada donde fermenta ya la descomposición. Los otros indios se inclinan también hacia ese ojo desnudo y algo ven en su fondo porque cuando se yerguen tienen el rostro demudado. Se retiran y van a encunclillarse lejos de nosotros, evitándonos. Desde allí nos miran y cuchichean.
-¿Qué dicen? –pregunta Ernesto con un principio de malestar.
Mi padre apaga los restos del fuego, pisoteándolo con sus botas fuertes.
Desde entonces los indios llaman a aquel lugar “Donde se pudre nuestra sombra”.
Su voz es espesa de cólera. Ernesto no entiende. Insiste.
-¿Y el venado?
-Se pudrirá aquí.
-Nada. Supersticiones. Desata los caballos y vámonos.
Su voz es espesa de cólera. Ernesto no entiende. Insiste.
-¿Y el venado?
-Se pudrirá aquí.
Desde entonces los indios llaman a aquel lugar “Donde se pudre nuestra sombra”.








[1] Fragmento de la obra BALÚN CANÁN de Rosario Castellanos.

sábado, 23 de agosto de 2008

Icnocuicatl/Canatares tristes (Lila Downs)



Mostla/ queman nehuatl nionmiquis/ amo queman ximocuesco./ Nican/ ocsepa nican nionhualas/ cualtzin huitzitzilin nimocuepas./ Soatzin, queman ticonitas tonatiuh/ ica moyolo xionpaqui./ Ompa,/ Ompa niyetos ihuan totahtzin/ cualtzin tlahuilli nimitzmacas.

Mañana, mañana que yo muera, no quiero que estés triste. Aquí, aquí yo volveré convertido en Colibrí. Mujer, cuando mires hacia el sol sonríe con alegría, Allí, allí estaré con nuestro padre, buena luz yo te enviaré

Realidades opuestas de una misma sociedad.


-Jaime Johnston
Buscando dignidad por las calles de México, no existe la justicia social, sólo pasa a ser de gente externa a la realidad de los barrios y de esos lugares donde el pavimento de las calles se desgastan por el transitar de los mortales mexicanos. No encontrar una realidad, sino todo lo contrario, no encontrarla y al mismo tiempo encontrar demasiadas; el país no se pone de acuerdo, nosotros no nos ponemos de acuerdo. Octavio Paz decía que el México sólo era un proyecto de unos cuantos, de gente que en realidad es conciente de los faltantes sociales, gente consiente de los sobrantes sociales. Ser la mayoría de una nación, de un proyecto de nación, no es cuestión política, no es cuestión de religión: es cuestión de sentido común, una cuestión que a todos nos corresponde contestar, uno a uno con nuestras acciones diarias. En los últimos días se escucha mucho en los medios masivos la palabra "seguridad", mucha gente habla, muchos televisores encendidos, pero nadie dice ni ve nada; los que piden esa "seguridad" son los empresarios, gente de dinero, gente que es ajena a la realidad del grueso de la población mexicana,¿por qué diferentes al grueso de la población?, simple, ellos tienen el dinero y el poder es hijo de éste. La mayoría de la población tiene orificios necesarios para llenarse: empleo estable, vivienda, seguridad social y todos esos componentes necesarios para vivir con dignidad, esos componentes que hacen más llevadera ésta existencia, éste caminar. El rico pide seguridad, hace que su grito se escuche hasta el cerro más recóndito del país, hasta la casa más pobre, el rico le pide a la gente común que se unan para pedir seguridad, ser uno con ellos, pero creo que es necesario primero llenar esos orificios antes mencionados para que en realidad éste México sea uno, donde las brechas sociales no sean tan marcadas y que no se generalice una realidad ajena a la mayoría de la población. La unión de un país comienza con una realidad pragmática para la mayoría de la población.

martes, 19 de agosto de 2008

A VOSOTROS JEFES, OFICIALES Y SOLDADOS
DE LA DIVISIÓN ARENAS

Lo que todos nosotros esperábamos, ya lo hemos visto ahora, aquello que sucedería ahora o mañana: que vosotros os dividiríais de aquellos a quienes engendra Venustiano Carranza. Nunca os favorecieron ellos, ni os quisieron. Os pusieron muchos engaños y envidias. Bien visteis así cómo no os estimaron como a hombres; querían heriros, que no tuvierais honra, haceros a un lado. Ellos nunca os mostraron comportamiento humano y respetuoso. Nunca hubo en esos hombres comprensión adecuada, de afecto por otros, de estimación, en forma voluntaria, de un comportamiento propio de humanos, que proviene de lo humano en cualquier cosa perteneciente a otros y en cualquier trabajo que alguien realizara. Dar vuelta al rostro en cuanto al mal gobernante, os honra y borra el recuerdo de vuestra falta.
Nosotros que esperamos que logréis los principios por los que se lucha y la unidad de todos nosotros, los que nos apretamos junto a una bandera, para que se haga grande la unidad de corazones, la que nunca podrán destruir esos burladores de la gente y todos aquellos a los que engendra y enluta el carrancismo, nosotros, con todo nuestro corazón, sabemos olvidar la antigua separación; os invitamos a todos, y a quien quisiera de vosotros, para que os contéis al lado de nuestra bandera, porque ella pertenece al pueblo, y a nuestro lado trabajéis por la unidad de la lucha. Ello, ahora y ahora, es así el gran trabajo que haremos ante nuestra madrecita la tierra, la que se dice la patria.
Combatamos al que está allí, el hombre no bueno, Carranza, que ha sido para todos nosotros atormentador; fortalezcamos nuestra unión y así lograremos ese gran mandato, los principios de la tierra, libertad y justicia; que cumplamos nuestro trabajo de revolucionarios decididos y sepamos lo que hemos de hacer, eso que es grande, en favor de nuestra madrecita la tierra, a vosotros invita el Cuartel General del Ejército Libertador.
Por ello hago esta palabra mandato todos los que se apeguen a nuestra lucha, quienes quiera que sean, gozarán de una vida recta y buena. en ello va nuestra palabra de honra, de hombres buenos y de buenos revolucionarios.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley
Cuartel General Tlaltizapán, Mor.,
a 27 de abril de 1918
el General en Jefe del Ejército Libertador
Emiliano Zapata/f.
Nota: Rogamos a aquel que cuya mano caiga este manifiesto que lo haga pasar a todos los hombres de esos pueblos.

jueves, 26 de junio de 2008

Sentencias atribuidas a TALES DE MILETO:


  • No trabajes por ser bello de rostro; sé más bien bello de obra.

  • No te enriquezcas con malas artes.

  • El placer supremo es obtener lo que se anhela.

  • Triste es la ociosidad, dañosa la intemperancia, pesada la ignorancia.

  • Ni aún siendo rico te entregues al ocio.

  • Enseña y aprende lo mejor.

  • No te traicionen tus propias palabras ante los que en ti confían.

  • No dudes en mimar a tus padres y no tomes de ellos lo vil, sino lo bueno.

  • Sea tu oráculo la mesura. No creas a todos. Y al gobernar, gobiernate primero a ti mismo.

viernes, 20 de junio de 2008

Sociedad y Psiquismo

Jaime Johnston M.
Junio de 2008




¿La sociedad como forjadora de la psique humana? Este trabajo ha sido realizado con el objetivo de mostrar cómo el medio social afecta de manera individual al hombre. Los acontecimientos sociales son hechos por un grupo de individuos que ha tomado conciencia de su medio social, el darse cuenta de la situación en que viven los impulsa a generar un cambio para el pleno desarrollo de la vida en sociedad.


La realidad de los hombres es impuesta por un medio en el que se desarrolla, en ocasiones, este medio lo presiona a tal magnitud que el individuo se siente acorralado por la situación y prefiere "perderse" para el desentendimiento de tales actividades a cumplir dentro de su medio.


Los movimientos sociales son de gran importancia, son los indicadores de que la sociedad no marcha bien, que existe un problema y se expresan ideas o propuestas para solucionar dicho conflicto.


La dinámica contemporánea de los medio de comunicación tiene un gran impacto en la conducta de los individuos, su forma de actuar, su visión del mundo y de la vida, la tecnología como medio de socialización y el contenido que proponen dichos medios.


El pensamiento crítico y la actividad social como medios de cambio para las sociedades y el pleno desarrollo mental y físico de los individuos. La contemplación como un lujo y la actividad como una necesidad para el cambio individual y general.




LAS CLASES SOCIALES
La composición de nuestra sociedad esta hecha por estratos o capas sociales, característico de una sociedad capitalista. La estratificación social se refiere a la división de una sociedad en capas, cuyos individuos tienen acceso desigual a las oportunidades y gratificaciones sociales. La gente de estratos altos disfruta de privilegios que los estratos sociales más bajos que no tienen fácil acceso a estos, en algunos casos, un nulo acceso a causa de condiciones extremas de pobreza, luchando así contra obstáculos que no existen para otros miembros de la sociedad.
El estatus se refiere a la posición de una persona en el sistema de estratificación. Una clase social es un grupo de individuos que ocupan estatus o posiciones similares en la jerarquía social y por tanto comparten intereses políticos y económicos similares (Kerbo, 1996). La clase social está basada en la economía, la cual incide en gran medida en las oportunidades de vida de la gente: cómo viven, qué tan saludables son e incluso cuanto tiempo viven (Gerth y Mills, 1996).
La estructura social puede definir al individuo, respecto a su personalidad, pues el medio social donde se desarrolla es de gran influencia para la percepción del sujeto dependiendo en qué estrato social se encuentre. La psicología soviética define al medio social como aquello que rodea al hombre en su vida social, que constituye el objeto de su reflejo psíquico. Experimenta la influencia de factores sociales durante todo el transcurso de su vida. Al definir al hombre como también un ser social, es por ende que al mismo tiempo de ser social y pertenecer a un grupo (familia, colonia, nación) se encuentre influenciado por este medio de una forma individual, su pensamiento, su manera de sentir y, por ende, su forma de comportarse en determinadas circunstancias. El medio social como influyente hacia el ser individual y del individuo hacia el medio social; una relación reciproca y duradera.
Cada capa social cuenta con sus propias leyes como consecuencia de la creación de este medio social concreto que se diferencia de otros. Las leyes con las que cuenta determinada clase social son adquiridas por el simple hecho de nacer en la misma clase. La clase social alta invita a sus protagonistas al consumo, la lucha avariciosa por capital y la explotación de la clase trabajadora, aunque esto al parecer ya alcanza a toda la sociedad en general, dentro de la misma clase existe el conflicto.
“Marx critica extensamente al capitalismo, en tanto que sistema económico engendrador de crisis periódicas, y de igual manera en tanto que sistema social basado en la explotación de la clase trabajadora”[1] La misma desigualdad social genera en los estratos diferencias cada vez más marcadas y distanciadas unas de las otras.

CONFLICTO Y CLASE
Aquellos que son dueños de los medios de producción explotan a los que no son dueños. Aunque la clase subordinada proporciona todo o la mayoría del trabajo, la clase dominante cosecha todos los beneficios. Marx sostuvo que la clase que controla la vida económica de una sociedad también está en posición de controlar otros aspectos de la vida social. Argumentó que la ley estaba diseñada para proteger los intereses de la clase dominante y que la religión apoya este status quo predicando que quienes acepten las penalidades de esta vida serán premiados en la próxima. La formación de la clase social en su actividad histórica, demográfica, geográfica y étnica forma un medio social determinado que engendra uno u otro modo de vida y, consiguientemente, un modo de pensar y de sentir. Los problemas del individuo en su mayoría son la consecuencia del medio social en el que se desarrolla, pues al momento de tenerlo todo o nada, la percepción del mundo cambia drásticamente de uno a otro. Para uno es problema no tener dinero para solventar los gastos del hogar, mientras que para otro es un problema que el BMW y la Hummer no estén disponibles para salir a pasear al antro.

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
La realización de los movimientos sociales no es más que el resultado de la toma de conciencia que tiene el individuo, o un grupo de individuos, respecto a su entorno social. El nacimiento de un movimiento social es indicador de la enfermedad colectiva generada por los grupos de poder político y económico respecto al mal manejo que hacen de su estatus siendo los más afectados la misma sociedad civil. Estos focos de protesta son la principal amenaza de los políticos y algunos grupos de poderosos siendo su principal objetivo la eliminación de dichos movimientos sociales utilizando un sin fin de tácticas para la erradicación de las manifestaciones generadas en su contra. Claro está que dichos movimientos no son hechos sólo por hacerlos, sino que, son hechos por el mal manejo de los recursos sociales y políticos; de los principales objetivos de los movimientos es la difusión de la información al resto de la sociedad, esta información que justifica dicho movimiento y el objetivo de éste. Los fines de los movimientos sociales pueden ser de presión o promoción[2].
Los grupos de presión tienen como objetivo influir a los que detentan el poder para toma de decisiones. Agrupa proporciones de la sociedad en función de sus intereses específicos, gestionando la comunicación y defensa frente a las instituciones gubernamentales.
Los grupos de promoción tienen como objetivo principal promover sus ideas y conflictos dentro de la sociedad para generar un cambio o toma de conciencia.
Ambos son expresiones de la sociedad civil pero tienen como objeto la sociedad política con la finalidad de influir en las dediciones del gobierno.
En varias partes de Asia, África y América Latina, se han desarrollado muchos movimientos que tienen un carácter original, respecto del europeo del siglo XIX, como los originados por la independencia de las colonias, los intentos de separarse del imperialismo norteamericano y europeo, la lucha en cada país para sacudirse el yugo de las dictaduras militares, etc. (Ruíz Barajas, 1999).

Tipos de movimientos sociales[3]
URBANOS- son aquellos que organizan y conforman, partiendo de las necesidades e intereses que surgen en las ciudades, generando un sin número de organizaciones y grupos para enfrentar la diversidad de problemas, descontentos, injusticias, desigualdades, concentración desproporcionada del conglomerado humano en torno a espacios urbanos, etc. (Ruíz Barajas, 1999).
Movimientos urbanos más representativos:
Estudiantiles- teniendo como principales actores a los estudiantes. Toman su auge en la década de los sesentas, dejando las transformaciones ocurridas en las esferas de la socialización política.
Pacifistas- toman presencia en la época de los setentas, a raíz del descontento generalizado que producía en las sociedades las guerras intervencionistas de las grandes potencias.
Ecologistas- estos movimientos tienen mucho auge y presencia en la actualidad y surgen como una reacción al uso irracional que se hace de los recursos naturales tanto por los gobiernos, los grupos capitalistas, como por toda la sociedad en conjunto.
Colonos- estas organizaciones se dan por demandas de los vecinos en colonias y asentamientos irregulares, ya que la falta de atención y compromiso de las autoridades gubernamentales, motiva a la gestión social y presión popular por los servicios públicos como: luz, agua, escuelas, seguridad pública, etc.
Feministas- estos movimientos van dirigidos a superar las condiciones de inferioridad de que es objeto la mujer en el sistema político, económico y social. Surgen en el siglo XIX, y toman su auge en los años sesentas.

Movimientos RURALES son los que surgen de las comunidades rurales, con circunstancias y características peculiares respecto a sus actividades y forma de vida. Hay dos tipos:
Campesinos- estos movimientos están dirigidos a llamar la atención y solicitar la actuación por parte del estado. Las luchas en el campo representan la voz de los campesinos y sus justas demandas (Ej., la revolución mexicana de 1910).
Indígenas- son aquellos que van dirigidos a superar las condiciones de desigualdad y explotación en que se someten a los pueblos indios, con relación a los demás sectores de la sociedad.

Todos los movimientos sociales buscan un objetivo: la igualdad y el cambio social necesarios para una mejor convivencia entre los protagonistas de la vida social tanto urbanas como rurales; lo cual a todos los movimientos sociales de cualquier tipo los hace uno y con esto la ayuda y colaboración entre los mismos protagonistas de los movimientos. Un claro ejemplo de esta ayuda la describe Barry Carr respecto al movimiento estudiantil del 68:

El lugar donde los estudiantes se integraron mejor con la población rural… los habitantes les pidieron ayuda a los estudiantes para resolver la disputa que tenían con una línea de autobuses local… los estudiantes respondieron de inmediato; enviaron autobuses de la universidad para proporcionar autobuses; estudiantes de medicina, agricultura, enfermería y trabajo social enviaron equipos para auxiliar a los pobladores, y las brigadas de trabajo estudiantiles recorrieron los asentamientos de la región para asistir a los campesinos.

Con respecto al progreso de uno afecta los otros y con esta característica del ser vivo, ayudar al otro por el simple hecho del progreso grupal Marx comenta:

“El libre desarrollo de cada uno es la condición para el libre desarrollo de todos”[4]

La unión hace la fuerza de las sociedades desprotegidas por sus gobiernos, el libre actuar del individuo efectúa un cambio en el circulo donde desenvuelve su personalidad, teniendo conciencia de su entorno, y ser activo respecto a las situaciones que lo demanden influyendo de igual manera en su medio social inmediato. De aquí la génesis de los movimientos sociales o revoluciones de las naciones.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La comunicación en la sociedad actual es de gran demanda por los consumidores sociales. Los medios de comunicación en su nombre llevan su actividad, pero la realidad es que esta actividad no la llevan acabo de forma completa; los medios de comunicación obedecen a esferas de poder más altas, los medios hacen de todo menos comunicar a la sociedad en general. Los medios de comunicación no son más que el moderador entre gobernantes y gobernados, claro que solamente obedeciendo a las demandas de los gobernantes para el sometimiento de los gobernados, siendo los últimos los más desinformados con realidades a medias y sin una toma de conciencia referente a su medio social “haciendo que el individuo piense el mundo acríticamente… este proceso será especialmente por la secundarización del plano verbal en relación al visual: el plano visual o icónico no permite el establecimiento adecuado de la relación entre los dos códigos, sensible e inteligible, ya que privilegia el sensible”[5] la platica, la creación de la charla inteligente y crítica se ve opacada por la imagen, el exceso de la estética impregnado en las imágenes o los personajes de la televisión, con más que mostrar que para decir o expresar mediante el lenguaje, sólo se imponen imágenes falsas de la belleza y la ideal imagen de todas las cosas.
La televisión en nuestra sociedad ha sido la gran influyente para la dinámica de la cultura, ahora todo lo real es lo que ocurre en la televisión. Historias repetidas en las telenovelas que solo someten a los espectadores con sueños falsos y banales, “la mujer de clase baja por un golpe del destino se vuelve toda una protagonista de la clase alta, casándose con un burgués y viviendo felices para siempre” el sometimiento mental mediante la tecnología mal utilizada contra la sociedad. No es de justificación, pues también el individuo social tiene la inteligencia y capacidad para cambiarle de canal o de plano abrir un libro que es de los pocos medios que quedan para el intercambio de ideas, literatura inteligente y como medio de expansión mental.
También los medios de comunicación utilizados como herramienta para la expansión de la globalización como parte del pensamiento capitalista. “…el capital ya no tiene rostro humano, como en sus primeras fases” (Ruíz Barajas, 1999).
La televisión como medio de educación en la era moderna, la gran niñera universal que educa muy a su antojo a las nuevas generaciones. Los niño son los más vulnerables en este caso, pues al estar frente a un aparato que le presenta imágenes sólo le invita a estar pasivo, no en movimiento físico y mental, pues la televisión todo le da: imágenes, diálogos, “situaciones de la vida real” y su generalización para resolver supuestos problemas en la verdadera vida real, claro que soluciones incorrectas para la realidad social. Las grandes empresas ahora utilizan la televisión, y otros medios, como el arma perfecta para bombardear a la población infantil, muchos de los comerciales visto en la tele, son dirigidos hacia ellos, pues los empresarios bien tienen en claro que estas generaciones serán los futuros consumidores y que es necesario irlos condicionando desde pequeños para filtrarse a su vida de forma natural y que los individuos dependan de ciertos productos o servicios, siendo estos no básicos, viéndolos como verdaderamente necesarios para el pleno “desarrollo” de su vida en sociedad.
Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la sociedad contemporánea llegando esta a un gran número de personas. La televisión y la Internet son los medios temáticos más considerados en los últimos cincuenta años. La televisión influye en gran medida en el comportamiento y en las actitudes de las personas porque su naturaleza es muy diferente de la de otros medios, como los periódicos o los libros (Giddens, 2001). La televisión pública ofrece mejor calidad en programas y alternativa en el consumo de la televisión, la realidad es que al recibir capital del gobierno, pues ésta es limitada y carece de mayor difusión y de un crecimiento en varios canales y no sólo un canal por entidad federativa. En cambio la televisión privada es la que mayor acapara a la audiencia ofreciendo programas banales y de fácil consumo, que en realidad hablan mucho pero dicen nada. Los programas televisivos han influido en grandes magnitudes en la dinámica social, creyendo la masa que si no se vio en televisión no es verdadero o de plano no existe tal cosa o acontecimiento. Ahora es de gran consumo la violencia por medio de la Internet, el problema es que sólo se violenta por subir un video a ciertas páginas, el instinto de lucha ahora sólo es utilizado para tener un estúpido lugar en un territorio, siendo que antes era necesario para la supervivencia y la defensa de la integridad del yo. Ahora se realiza cualquier estupidez grabado en video y fácil acceso a un portal de Internet y la persona se vuelva famoso, ¿qué aportación trascendente realiza para obtener la fama dada? En décadas pasadas la fama llegaba por la aportación científica, literaria o cultural, ahora se llega por hacer idioteces grabadas y consumidas por una gran masa.
Entre otros medios de comunicación tenemos al celular, ahora este aparato se utiliza para todo menos para comunicar, la obsesión por obtener el más moderno y sentirme más que el de a lado que no lo tiene, saber de marcas y modelos de celular, pero no saber de títulos de libros sapiensales o autores de gran trascendencia; mandar mensajes todo el día, pero al momento de tomar lápiz y papel no se sabe ni escribir el nombre propio, tener 7 años y contar ya con celular para estar en “contacto” con los demás, y ¿donde queda aquí el desarrollo de las habilidades sociales del infante?. El comportamiento también se ve afectado de manera negativa a consecuencia de este “medio de comunicación” pues ahora se puede dar la paranoia de tener cuidado con hacer las cosas o posar por que se sabe que alguien nos puede estar grabando con su celular y subirlo a la Internet. Hoy queremos nuestros 15 minutos de fama, pero en futuro ¿querremos nuestros 15 minutos de privacidad? Los avances tecnológicos, grandes influyentes en la dinámica social e individual del ser humano.
No es que esté en contra de estas tecnologías que nos ayudan a estar presentes a tiempo, que nos comunican por si se presenta algún improvisto o simplemente para saludar a nuestros seres queridos desde un punto lejano. En lo que no estoy de acuerdo es en el uso que se le da a estas tecnologías. Si es que llegan a una gran masa ¿por qué no realizar programas de calidad? O alentar a la gente dar el buen uso de los aparatos de los cuales dependo; estar en contra de que ya no se tiene una intimidad, cuando se vea a alguien grabando, estar con la incertidumbre si lo subirá a Internet o cual será el destino de tal filmación. Actuar de una manera conciente referente a los medios de comunicación, dejarles saber que no somos gente tonta, que queremos contenido inteligente y de gran calidad en la programación. La búsqueda individual de alternativas para escapar de la masificación de los medios, todo de lo mismo, los programas de televisión, estaciones de radio y páginas de Internet de gran contenido están ahí, el objetivo es solamente buscarlas.

EL ENTORNO SOCIAL COMO FORJADOR DE LA PSIQUE HUMANA
A pesar de caminar por el mismo mundo, de que “el solo sale para todos” es necesario saber con qué “zapatos” pisa el individuo el mundo y con qué tipo de lentes mira al sol. La realidad del mundo se define de muchas formas y dentro de estas definiciones los problemas y las soluciones de esas realidades son distintas y diversas para las cuales es necesario tomar en cuenta la vida social que lleva la persona al abordarlo con terapia psicológica. Al escuchar la expresión “que no se te cierre el mundo”, para mi “el mundo” es la misma sociedad que cierra al individuo en los problemas, que no lo deja ver más allá del estrato social en que se encuentre, las teorías psicológicas primermundistas es claro que no aplican para las realidades de los países no tan desarrollados. Entre estas, la pirámide de Maslow, pues no aplica en la realidad latinoamericana, es claro que mientras la persona no tenga que comer, no tenga una casa firme o que su ámbito social no sea favorable para su desarrollo físico y psicológico, lo último en lo que piensa es tener otras necesidades que no sean las básicas, o mejor dicho, que su “pirámide de necesidades” es estructurada de una forma muy diferente a la expuesta por este teórico.
Según Marx la relación de clases se basa en la explotación[6], la relación de las sociedades modernas y “avanzadas”. El dueño de los medios de producción ve al trabajador como un engrane más de una inmensa máquina que le proporciona dinero; y el trabajador sólo ve al dueño de los medios como aquel que sólo porta y proporciona el capital existiendo entre ambos una relación de todo menos de seres humanos.
El entorno social como forjador de la psique del hombre, pues es ésta quien lo determina y lo orienta en la dirección de su vida. Una vez dijo Marx que “no es la conciencia del hombre lo que determina su existencia, sino al contrario, su existencia social determina su conciencia”, es la forma en que vemos el mundo y sus posibilidades de salir adelante dependiendo del lugar social en donde nos encontremos, la realidad tan subjetiva que a la pregunta ¿Qué es la realidad? Nunca tendrá una respuesta concreta y que signifique para todos lo mismo; y es la sociedad también quien determina el tipo de realidad en el que vive cada grupo social o cada ser individual.
Todo ser humano cuenta con conflictos o problemas, pero estos tienen una similitud aparente entre los conflictos de los demás individuos, el principio y el fin de los problemas personales son muy distintos como la misma personalidad del individuo que los experimenta y tómese en cuenta que la personalidad es la que se juega en el medio social siendo este, en primera y última instancia, el gran influyente de las actitudes a tomar frente a la vida. Sócrates una vez dijo que “…ya sea examinándome a mí mismo ya examinando a los demás, porque una vida sin examen no es vida”[7] la importancia de tomar conciencia de la existencia y, así mismo, del entorno social, donde se desarrolla la personalidad y los medios o personajes que la manejan, darse cuenta del suelo en el que se camina, conocerlo, examinarlo, criticarlo para así saber en qué lugar estoy parado y saber cómo actuar ante los escenarios que se puedan plantear. La actitud que se tenga hacia la vida y el respeto que se pueda y deba tener hacia uno mismo, tener dignidad al pararse y ser parte del medio social que rodea al individuo. La dignidad representa una importancia trascendente en el mundo contemporáneo “porque quiero más morir después de haberme defendido como me he defendido, que vivir por haberme arrastrado ante vosotros…”[8] Arrastrarse frente a la tecnología, frente al mismo ser humano, arrastrarse hacia lo banal y hacia el dinero, defenderse con inteligencia, con diálogo, con ideas que propongan un cambio desde el personal y hasta el social, la resistencia contra la adversidad global que todo lo devora. La canción dice que “You'd kill yourself for recognition”[9] la desesperación que existe por obtener un reconocimiento que no trasciende más allá de un mes; el reconocimiento que le es arrebatado a los verdaderos personajes sociales, a los idealistas que proponen con la expresión los cambios de un mejoramiento de la vida social; ya no se respeta el honor a quien honor merece.
El verdadero cambio lo propone el individuo desde su conciencia, el darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor y proponerse a dar un cambio a su ambiente para el bien de la comunidad; Lenin parafrasea a Hegel diciendo:

“la conciencia del individuo no sólo refleja el mundo objetivo, sino que lo crea; es decir, que el mundo no satisface al hombre y éste decide cambiarlo por medio de su actividad”.

Las revoluciones son el claro ejemplo de la conciencia individual, la opresión por parte de grandes esferas de poder que colorean de gris el cielo de la población a quien gobiernan. Estar concientes de lo que ocurre a rededor y estar listos para la actividad, es sólo con la información y los actos donde inicia el cambio de las masas.

La sociedad contemporánea se enfrenta a grandes crisis de todos los tipos, éstas, generando un gran impacto en lo colectivo e individual: en la psique del hombre contemporáneo. Algunos ejemplos de las crisis sociales actuales son:
La vida urbana, las masas de gente peleando por la supervivencia en la sociedad tan competida en todos los ámbitos, al grado de olvidarse que la persona a lado es un ser humano, la ciudad como una pesadilla actual que afecta el estado de salud mental y físico en el individuo
Los conflictos internacionales, latentes en la actualidad, cada vez más sangrientos y sin menos argumentos para la expansión de un territorio, el imperialismo que aún se práctica en pleno siglo XXI. Dominio político y económico; la paz entre las naciones cada vez más frágil.
La hegemonía de potencias, la planeación de leyes o estatutos internacionales que sólo benefician a unos cuantos países y los no beneficiados sometidos a estos “dueños” del mundo que dictan las leyes a su antojo, haciéndose cada vez más ricos y sin dejar oportunidad de desarrollo al tercer mundo.
La violencia, la vemos de todas formas imaginables, e inimaginables también, la sociedad hostil que produce a individuos violentos sin ningún argumento para utilizar la fuerza, los cuerpos de seguridad gubernamentales cada vez menos tolerantes y agresivos sólo generando más violencia con la actitud que toman en lugar de erradicarla con otras tácticas. La represión cada vez más fuerte contra minorías sociales. Grabar una pelea con el celular sólo para obtener comentarios en las páginas de Internet y tener una fama sin sustentos ni trascendencia social.

Las crisis de la salud, más enfermos menos medicamentos, la misma vida actual es la productora de enfermedades tanto físicas como mentales. La poca o nula eficacia de los centros de salud gubernamentales y la comercialización de la salud, si no hay dinero no tienes salud. Las desigualdades sociales repercuten de mayor forma en éste punto.

La crisis ambiental, los cambios ambiéntales que hemos experimentado los últimos años, la desaparición de selvas y bosques, la contaminación de mares, ríos y lagos, la explotación indiscriminada de las riquezas naturales; en conjunto, provocando inundaciones, calores extremos y la desaparición completa de poblados por desastres naturales que se vuelven cada vez más agresivos.

La crisis alimentaria que asota a los que menos tienen, la escasez de granos básicos en la dieta de sus respectivas naciones, el incremento de precios de los alimentos de la canasta básica y el mal manejo que se le ha dado al campo: las bodegas de las ciudades. Esto refleja el fracaso de los planes de gobierno respecto al desarrollo social.

Todo el ámbito social es el reflejo del pensar del hombre, todo lo que nos rodea, desde tecnología hasta modelos político y económicos, fueron ,en su forma bruta, pensamiento de individuos, siendo concientes del medio donde viven comienzan a crear tecnología y política para el desarrollo de las masas, aunque en ocasiones no ayudan mucho para este desarrollo.
Los ideales son de gran trascendencia para la supervivencia, sin ellos no tendríamos lugar alguno para apoyar ahí nuestra existencia, el aferrarnos a un mundo creado por nosotros y luchar por él hace que el individuo tenga actividad, tal vez nunca se cumplan, pero la existencia no habrá pasado en vano pues se luchó[10] por algo sincero y creado por uno mismo; generando un pensamiento crítico y expresando las ideas creadas de esa contemplación y pasando al plano de la actividad. La contemplación es bonita, por lo cual es un lujo, pero la actividad es una necesidad real en el ser humano, ésta necesidad que se vuelve cada vez más pasiva, “la actividad pasiva”, que caracteriza a la juventud, y sociedad en general, en la actualidad. El hombre pierde cada vez más movimiento, mental y físico, que en lo esencial es su mismo exterminio. Los chicos “rebeldes” del barrio ahora sólo posan en las esquinas y utilizan sus joyas falsas y consumen la moda impuesta desde otros lados y no saben en realidad la esencia de un grupo o un “barrio”, lo cual en el pasado era muy visto y se sabía bien a lo que uno se paraba en una esquina; la pérdida de los ideales filosóficos de la contracultura.

La psicología y la sociedad son complementarias, pues es la psicología que estudia las actividades de individuos que pertenecen a un medio social. Toda psicología es social pues son los sujetos sociales que acuden a la psicología, personas que tienen un historial social y es ese mismo historial quien los hace acudir a la profesión por un sin fin de acontecimientos que ocurren en su vida en masa que repercuten de forma individual.
“Si, como analistas, nos preguntamos cuáles son las causas de la guerra y de la paz, o de un movimiento religioso; si nos preguntamos a nosotros mismos por qué determinado dirigente político consiguió el poder y por qué ciertos grupos específicos se comportan de una manera más bien que de otra relación con él, creo que podremos contribuir a la solución de esos problemas a través de nuestra compresión de las reacciones de los individuos y de los tipos en situaciones concretas. Pero no se puede en ningún caso ignorar o desestimar el papel que desempeña la estructura económica o social como factores parcialmente independientes…”[11]

La importancia del estudio del medio social donde se desarrolla el individuo. Además que es la psicología el respaldo de la sociología y viceversa. Desde el nacimiento hasta la muerte, el individuo es impactado por los acontecimientos sociales, de esta forma, forjándose su psique: la contemplación, la conciencia y su comportamiento dependiendo del medio social en el que se encuentre.


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[1] GOULD Carol (1983) Ontología social de Marx. F.C.E. México. p. 176.
[2] RUÍZ Barajas & otros. (1999). Sociología dinámica para bachillerato, Amate editorial, Zapopan, Jalisco. p. 104.
[3] RUÍZ Barajas & otros. (1999). Ob. Cit. pp. 107-110.
[4] Citado en: GOULD Carol (1983) Ob. Cit. p. 231.
[5] KATZ, Chaim S., Doria Francisco A. y Lima Luiz Costa (1984). Diccionario básico de comunicación… Ed. Nueva imagen. México p. 106.
[6] GIDDENS Anthony (2001) Sociología. Cuarta edición, Alianza editorial, Madrid. P. 366.
[7] PLATÓN (1962) Diálogos “colección sepan cuantos…” Ed. Porrúa. México p. 22.
[8] PLATÓN Ob. Cit. p. 22.
[9] “High and Dry” de Radiohead.
[10] Tómese “lucha” también como “actividad” o “movimiento”.
[11] HAETMANN Heinz (1978) Ensayos sobre la psicología del yo. F.C.E. México, pp. 38, 39.


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Bibliografía:


-CARR Barry: Las demandas del movimiento.

-GIDDENS Anthony (2001) Sociología. Cuarta edición, Alianza Editorial. España.

-GOULD G. Carol (1983) Ontología social de Marx. F.C.E. México.

- GRAZIANO Walter Hitler ganó la guerra. Versión electrónica

-HARTMANN Heinz (1978) Ensayos sobre la psicología del yo. F.C.E. México.

-PLATÓN (1962) Diálogos. “colección sepan cuantos…” Ed. Porrúa, México.

-RUIZ Barajas E. Jaime, MAYAGOITIA, VILLA (1999) Sociología dinámica para bachillerato. Amate editorial, Zapopan, Jal.

-SABINES Jaime (2003) Recuento de poemas 1950/1993. Editorial Joaquín Mortiz, México.


VIDEOGRAFÍA:
-HALCONES: Terrorismo de Estado. Canal 6 de julio & Memoria y Verdad a.c.

-TLATELOLOLCO: las claves de la masacre. La jornada & canal 6 de julio.

martes, 10 de junio de 2008

La búsqueda de una imagen



La imagen de uno mismo que tiene sobre sí es de gran importancia y trascendencia para la individualidad y la toma de conciencia de ser existente en el plano físico y no pasar desapercibido para sí mismo mientras camina por el mundo. El darse cuenta de que es un ser aparte de lo que lo rodea y por esto mismo el amor o la carga de energía dirigida hacia sí mismo. La preocupación de sí mismo como consecuencia de ser el propio responsable de cuidad en todos los ámbito, como espiritual y material, sentimental como racional y como individuo perteneciente a un grupo de individuos como él que conforma el medio social donde el yo se desarrolla. Este medio social representante de un mundo hostil y caótico para el cuidado de uno mismo. Un mundo que no le permite ni siquiera tener el mínimo amor para sí, pues es un ser envidioso que sólo le importa el amor hacia sí, que no le presta importancia al medio social que sólo lo devora y no le representa ninguna amor hacia los actores sociales. Si la importancia que tiene uno para sí mismo es de gran estorbo a lo social ¿para qué ser un individuo? El ser individuo fomenta a que el mismo individuo se preocupe sólo para sí, de esta forma, estar preparados para hacer lo mismo con su medio social inmediato. Si no estoy bien conmigo no estoy bien contigo, si lo que quieres es que esté bien contigo y te preocupas de mi bienestar, lo mismo haces a que el narcisismo sea parte fundamental para la conservación de mi individualidad, ser dueño de mis sentimiento y ser dueño de lo único que en realidad me pertenece, mi mentalota, mi forma de sentir y la libertad interna que pues orientar a mi actuar externo hacia el grupo que me rodea. El narcisismo es necesario para mí andar por el mundo, defenderme de la gran maquinaria social y la forma que gobierna mi persona, tenerme respeto para así darlo a los demás. Ni el mismo espejo lo veo como a mí mismo, sólo mi verdadera imagen es una imaginación vaga que me es necesaria para la conservación de mi realidad subjetiva y andar a tientas por el mundo objetivo, siempre especulando mi visión de mi mismo, nunca me diré como soy, nunca tendré la certeza de conocer la imagen concreta, si es que se tiene, de mi mismo. Soy lo que los otros me dicen, complemento con lo poco que me conozco y me sigo conociendo por medio de los demás. No nace palabra de mí sobre mi imagen especulativa, todo viene de un exterior que crea mi propia imagen con la cual la hago mi realidad. Esta misma especulación que hago sobre mi no es más que la base que soporta la realidad interna. Me quiero por mi imagen, me quiero por la imagen edificado por los demás de mí. Cuando se está a lado de la persona que se quiere, ¿se quiere por que se es? O ¿se quiere por que uno se refleja en esa persona? La realidad de este mundo complejo lleno de realidades aparte de la mía no basta para encontrar la verdadera imagen de uno. Siempre portaré un nombre para saber que soy y que me divido de una realidad externa a la cual no existe objeto en ella para encontrar la verdadera imagen que conforma mi ser, el darme cuenta de que existo y que con mi existencia creo una realidad y con ella una imagen donde ambas son sólo un pequeño componente de imágenes y realidades aparte de la mía. Creyendo que mi imagen la representa tinta impresa en cartón o que el espejo refleja una imagen que no es la mía, escucho mi voz en el estero y no la reconozco digo que es no soy yo, mi voz es diferente. Miro mi imagen en el televisor y me desconozco, esos no son mis movimientos y me digo que así no es como camino, el verme desde otro punto me pone en crisis, inclusive me decepciono de mi mismo por no ver la imagen que en realidad tengo de mí, esa imagen real que me ha costado trabajo forjar durante todo mi vida, desde el punto en que me di cuenta de que era un individuo, que formaba un ser aparte a mi madre y que mi madre era un ser aparte de mi y que ella poseía una vida. Mi mundo eran sólo mis juguetes, mi madre y mi hogar, teniendo total atención de esto componente de mi mundo perfecto, ordenaba sobre mis juguetes, los manejaba a mi antojo sin recibir queja alguna por parte suya, los manipulaba sin problema alguno. Mi madre me daba la atención en el momento en el que yo lo demandaba, teniendo mis técnicas para poder llamar su atención y ser el centro de su mundo al instante, ella y yo éramos un ser perfecto. Mi hogar era simplemente mi fuerte, las paredes que lo conformaban me protegían muy bien de un mundo extraño y enorme, un mundo al cual no me interesaba conocer por el mismo hecho de que no sabía que existía. Este mundo que se ha ido y la imagen de mi mismo de igual forma lo ha hecho, lo que no se ha ido es la búsqueda de esa imagen la cual en cada acontecer de mi existencia cambia son yo percatarme de ello. Observo una foto de mi niñez y me pregunto si ese infante en realidad soy yo, ésta imagen que en realidad no se parece nada a lo que soy ahora, la melancolía ahora me aborda, la imagen del pasado que en realidad cuestiono si es la mía, la imagen del presente que no termino por conocer y que creo nunca lo haré pues al parecer es parte del hombre siempre estar en búsqueda de una imagen, desde cuando uno toma conciencia de que es un ser individual a los otros, hasta cuando uno deja de ser conciente de la vida. La búsqueda incesante que no se detiene a pesar de ser un día de asueto. Ojos, nariz, boca, pestañas, brazos, cabellos: observo una foto de una imagen que representa mi imagen más sin embargo no deja de ser una imagen falsa autoría de un ojo mecánico. Tal vez uno es por el simple hecho de existir, uno no es una imagen, uno es una apariencia que puede ser borrada del tiempo y nunca llegar a ser una imagen concreta. He criticado mucho las fotografías, ¿por qué acudo a ellas? Será porque ellas son las que me ayudan a recordar el pasado que se fue y el que acaba de pasar, las que no me hablan pero que me dicen que fui y que soy una apariencia, siento bien al saber que soy por lo menos una apariencia: esa figura que sé que soy yo.

domingo, 8 de junio de 2008

Sobre la educación indígena y otros queveres





JAIME JOHNSTON MAGALLANES
MAYO DE 2008




La escuela prehispánica en México

La educación en el México prehispánico era contundente y proporcionaba equilibrio en la sociedad para que ésta siguiera funcionando de manera adecuada y en armonía en muchos ámbitos como: el social, el cultural y el religioso. La educación era importante para el desarrollo del individuo que en un futuro sería miembro activo de una sociedad que requería de sus servicio o habilidades en varios aspectos como la cacería, la guerra, el sacerdocio y, el más trascendente, el de gobierno.
El Códice Mendoza refiere que la enseñanza de los niños aztecas se fundaba en la frugalidad y la dedicación. Comenzaba en el hogar y se prolongaba hasta los doce años. La educación del varón estaba confiada al padre, y la de la niña a su madre. En estos primeros años, la enseñanza se limitaba a buenos consejos y a labores domésticas menores. El niño aprendía a llevar agua y leña, acompañaba a su padre al mercado y recogía los granos de maíz que hubieran caído al suelo. Por su parte, la niña observaba cómo su madre hilaba y cuando tenía seis años era enseñada a manejar el huso. A partir de los siete años y hasta cumplir los catorce, los varones aprendían a pescar y a conducir la canoa, mientras las niñas hilaban el algodón, barrían la casa, molían el maíz con el metate y trabajaban en el telar. Al cumplir los 12 años, los varones seguían su educación fuera de casa.
La división social existía en este tiempo y para el ámbito escolar era importante hacer ésta división pues había dos tipos de escuelas principales, primero el Calmécac, para los hijos de la nobleza, los pipiltin, de aquí egresaban los futuros gobernantes, generales y sacerdotes.
La segunda escuela, el Telpochcalli, para los macehuates hijos de esclavos, individuos entrenados para el servicio a su comunidad, la guerra.

El Calmécac
A todos los niños mexicas les llegaba su hora de asistir a una institución que les encomendaría obligaciones, donde su vida hogareña era interrumpida por un nuevo compromiso, la escuela. Las familias de la nobleza mandaban a sus hijos al Calmécac, centro de enseñanza para los futuros gobernantes.
El día en que el niño debía ingresar a la escuela era llevado hasta el Calmécac acompañado de sus padres. Llevaban con ellos los objetos necesarios para la ceremonia de iniciación: papeles de colores, copal, taparrabos, mantas plumas verdes y collares de oro. Dentro del lugar vestían al niño con ropas de gala, después, cubrían su cuerpo y rostro con tinta negra; de inmediato le colocaban un collar y perforaban sus orejas. La sangre que brotaba de las heridas era arrojada sobre la imagen de Quetzalcóatl. De aquí en adelante el niño debía acostumbrarse a soportar el dolor. Todos los niños permanecían en un inmenso patio amurallado, desnudos, titiritando de frío y sin pronunciar palabra. Si alguno de los sacerdotes encargados escuchaba el más mínimo murmullo, de inmediato separaba al responsable del resto y le descargaba azotes de vara de maguey hasta dejarlo inconciente. El sumo sacerdote ascendía a una tarima de piedra y se disponía a hablar. Después de guardar silencia para tener la atención de todos, comenzaba su discurso que decía:

Naciste del vientre de tu venerable madre, en virtud de la simiente de tu padre. Pero debes olvidar ahora que tienes familia. Deberás honrar y obedecer a tus maestros como a tus verdaderos padres. Ellos tienen la autoridad para castigarte pues son quienes te abrirán los ojos y te destaparán los oídos para que aprendas a ver y a escuchar. Hoy te separaste de tus padres y tu corazón está triste. Pero tenemos que presentarte al templo al que te ofrecimos cuando aún eras una criatura y tu madre te hacía crecer con su leche. Ella te cuidó cuando dormías y te limpió cuando te ensuciabas; por ti padeció dolor, cansancio y sueño. Ahora eres un hombre; es el momento de ir al Calmécac, lugar de llanto y pena donde has te encontrar tu destino. Pon mucha atención: en vano tendrás apego a las cosas de tu casa. Tu nuevo hogar y tu nueva familia están aquí en el templo del señor Quetzalcóatl. Recuerda que alguna vez fuiste un niño feliz, porque aquí se templará tu cuerpo y tu alma con dolor y sacrificio.[1]


Dicho esto, los padres daban la media vuelta y salían sin volver la vista al templo, sabían que ni esa noche ni las siguientes su hijo llegaría a dormir a casa; las reglas de la escuela establecían que todos los estudiantes debían pasar la noche dentro del santuario, sin más cobija que sus propias ropas.
Las actividades en el Calmécac comenzaban a temprana hora. A las cuatro de la mañana los estudiantes se levantaban a limpiar y barrer los aposentos. Si algún estudiante se quedaba dormido era acreedor a un castigo, chupetazos de agua fría o golpes con ramas de ortiga. Terminaban las labores de limpieza y, el sol aún oculto, comenzaba el trabajo en el campo. Los alumnos pasaban largas horas juntando leña, cuidando las milpas, levantando paredes, emparejando camellones y abriendo canales. El sudor y la fatiga encontraban alivio con la comida que llevaban los compañeros hasta el lugar de trabajo. En cambio, se consideraban graves pecados la glotonería y la avaricia; las reglas obligaban a comer poco y a compartir todos los alimentos, incluyendo aquellos obsequiados por sus familiares.
El atardecer era el indicador para regresar al recinto, una vez dentro, los estudiantes aprendían a tocar instrumentos musicales: flautas de barro, caracoles y tambores, también estudiaban los códices, pues era deber de todo alumno el conocimiento de los secretos que las viejas pinturas encerraban.
Algunas de las noches en el Calmécac eran dedicadas a la penitencia. El rito daba principio con un baño purificador en agua fría. Cerca de la media noche comenzaba la caminata. Un sacerdote escogía un sendero solitaria, llevaba un caracol que iba tocando, una bolsa con copal y puntas de maguey. Los mayores avanzaban hasta los montes o los ríos; los pequeños no llegaban muy lejos; todos hacían su mejor esfuerzo. Una vez en el lugar elegido, el penitente se desnudaba, metía las espinas de maguey en una pelotilla de heno e iba clavándoselas, una a una, en diferentes partes del cuerpo. Hería muslos, brazos y lengua para ofrendar su dolor y su sangre. Todo esto servía para forjar un carácter fuerte y resistente, digno de un noble; herramientas necesarias para tener una vida útil y digna en su vida adulta.
Todas las actividades realizadas en el Calmécac eran respaldadas con un claro propósito: que el estudiante fuera útil a la comunidad no importando en el nivel que se desempeñara; teniendo humildad y vocación de servicio a la comunidad.
Para los Aztecas era muy importante que sus gobernantes fueran aptos para los cargos que desempeñaban, tuvieran la capacidad de tomar buenas decisiones y fuertes convicciones morales. En el Calmécac se les enseñaba todo esto.

El Telpochcalli

En náhuatl, casa de los mancebos, eran centros en los que se educaban los jóvenes del pueblo, a partir de los 15 años, para servir a su comunidad y para la guerra. A diferencia de los nobles que asistían al Calmécac, los vástagos de los plebeyos, conocidos como macehuates, asistían al Telpochcalli. Estas escuelas para jóvenes se encontraban en cada barrio o calpulli.
La vida en el Telpochcalli era dura. Desde la madrugada comenzaban las extenuantes actividades. El día comenzaba con un helado baño, seguido e una comida frugal y muy controlada. Solían memorizar los cantares de los hechos relevantes de sus mayores y las alabanzas de sus dioses, además 0de aprender y ejercitarse en el manejo de las armas como el átlatl, instrumento utilizado para lanzar pequeñas lanzas y, el macúahuitl, la espada de madera con filo de obsidiana. Los alumnos tenían otras obligaciones como la de reparar los templos, teocalli, acarreando los materiales necesarios y trabajar las tierras heredadas de forma colectiva para su sustento. Especialmente se buscaba su resistencia al dolor mediante el autosacrificio. Los alumnos ociosos o incorrectos eran castigados severamente, por ejemplo, la embriaguez se penalizaba con la muerte. Si alguno de los alumnos sobresalía por su habilidad y valor en las guerras de conquista, algún día podría llegar a ser ciudadano distinguido a quien se premiaba y rendían honores. Cuando alcanzaban la edad requerida para casarse, finalizaba su instrucción en el Telpochcalli.
El Telpochcalli estaba ubicado en el calpulli, que era el nombre que se le daba a los barrios del pueblo. El calpulli se define como “territorio y unidad social cuyos miembros estaban emparentados entre sí; también, base de la estructura política, económica, social, religiosa y militar dentro de la nación azteca. Los miembros de un calpulli poseían la tierra en forma colectiva con derechos individuales de uso, y todo adulto casado tenía derecho a recibir una parcela y cultivarla. Para ello, el administrador de los bienes inscribía en sus registros a todo varón desde el momento de su matrimonio. A quien no hubiere heredado de su padre una parcela, el calpulli tenía obligación de otorgársela. El derecho se perdía cuando una familia lo abandonaba, se extinguía sin dejar sucesión o no lo cultivaba en un lapso de tres años consecutivos. Con el transcurso del tiempo estas reglas sufrieron numerosas excepciones. Los dignatarios, funcionarios, sacerdotes, comerciantes y artesanos no cultivaban la tierra. Los cuatro territorios o calpullis en los que se dividió originalmente Tenochtitlan fueron Mayotla, Teopan, Cuepopan y Atzacualco”. [2]

La educación para los Aztecas era fundamental para el buen funcionamiento de la sociedad en general. La importancia de educar desde temprana edad a los dirigentes del pueblo con sacrificio constante y trabajos de todo tipo, forjando una humildad y el reconocimiento de que era el individuo uno con el pueblo, sirviéndole, dirigiéndole y otorgándole el crecimiento en conjunto, siempre encontrando el equilibrio de la sociedad con la cosmovisión que tenían de la vida. La sociedad Azteca era conquistadora de tierras, el imperio que se expandía a varios kilómetros, teniendo siempre constantes batallas y de ahí también la importancia de enseñar a sus jóvenes el arte de la guerra. Era necesario tener guerreros de élite con los que contaban siempre con el triunfo, con la tenacidad que les caracterizaba, aprendida en la escuela de la vida, pues en ambos lugares se les entrenaba para enfrentar la vida , lo necesario y justo para forjarse un carácter fundamental al vivir la realidad de esos tiempos. El equilibrio entre educación y sociedad que mantenían los aztecas era fundamental para el desarrollo de su sociedad, mantener el equilibrio para el pleno desarrollo del imperio en todos sus rangos, desde el emperador (Tlatoani), hasta los Calpullis. El pasado nos muestra la gran comunión que puede forjar la universidad y la sociedad complementándose mutuamente, siempre buscando los beneficios para ambas partes.

La educación indígena en la colonia
La llegada de los españoles a México fue de gran impacto para el cambio social, cultural y religioso de los pueblos autóctonos de la región. Con los españoles llegaron beneficios que hoy en día nos son útiles, pero en el siglo XV no eran necesarios muchos aspectos impuestos por los colonizadores, desde animales, comida, hasta religión y dinámica social. Entre estas alteraciones estuvo la educación; donde ya no importaba el estudio de los códices, de la historia de los antepasados indígenas, el entrenamiento para la guerra y mucho menos para el sacerdocio. Los españoles sólo apuntaban a la enseñanza del catecismo y con esto la imposición de un sistema religioso y filosófico muy ajeno a los colonizados. Del concepto cristiano de vicios y virtudes resaltaba la importancia de la educación como medio de inculcar determinados hábitos. Los españoles, cristianos viejos, instruidos en la fe y asistentes a colegios y escuelas, asimilaban escasamente las recomendaciones sobre formas de comportamiento que, en cambio, los indios practicaban. La educación institucionalizada no logró gran influencia ni mejoría de las costumbres; la vida doméstica determinó, en buena medida, las actitudes de unos y otros ( ). La educación netamente cristiana se consideraba adecuada para los indios, mientras que los españoles defendían su propio prestigio y los intereses de la corona, hacían caso omiso a la doctrina cristiana. Lo cristiano se les notaba solamente en su grandes limosnas y aportes materiales a la iglesia (en el México actual se sigue viviendo este tipo de “religiosidad material” promulgada principalmente por los políticos y poderoso de nuestro país). Los evangélicos de la época pretendían solamente la enseñanza del cristianismo, descuidando completamente otro tipo de educación, solamente era necesaria “la doctrina cristiana, santo temor de Dios y buenas costumbres”. La imposición de la evangelización fue gracias a la moral natural del indio. Los colonizadores introducían la mentalidad moderna para la que los valores materiales fueran superiores a los espirituales. “La educación colonial no fue la instancia liberadora en que creen los pedagogos del siglo XX, pero sirvió a los intereses de la época…”. Con la supervivencia de la creencia del viejo orden: el reconocimiento tácito de la superioridad de quienes tienen la más clara y el conocimiento de los recursos del poder, el desinterés hacia proyectos políticos que se siguen sintiendo ajenos, la incredulidad ante ofrecimientos de mejoría económica tantas veces frustrada, el rechazo de proyectos supuestamente redentores, la falta de costumbre de defender sus derechos, la inclinación a creencias y fanatismo religiosos los cuales son resultado de la marginación dada por los gobiernos y la sociedad en general a los indígenas desde siglos atrás.
La conquista española trazó un vacío existencial en la vida del indígena, llegando hasta el ultraje y la violación justificando estos hecho por el nombre de Dios y mandato del Papa; los mismo evangelizadores y algunos otros, denunciaban las atrocidades hechas por sus mismos paisanos, denuncias como:

Hacia el año de 1550, unos indios de esta provincia, aunque no todos, abandonaron la fe y se volvieron a la idolatría, Fr. Diego de Landa… impulsado por el celo divino se levantó contra estos, destruyó los altares de los indios, aprendió a los que adoraban, los azotó y, los encarceló, y cuando pudo él y sus compañeros extinguieron con todo vigor y esfuerzo este pecado, de modo que por algunos años se apoderó el temor de los indios y no solo abandonaron la idolatría, sino además las bebidas (Balche) que tomaban en sus libaciones…”(Don Pedro Sánchez de Aguilar ‘Dean de Yucatán’).[3]

El miedo el peor enemigo de la libertad, la destrucción de la cosmovisión debió haber sido impactante para el indio, pues era su mundo, las deidades destruidas eran aquellas que le proveían de todo lo necesario para su existencia. El fanatismo religioso por parte de los españoles fue de grandes magnitudes que dejaron al indio sin identidad y con una confusión cultural que hasta la fecha no ha sido superada. Fray Bernardino de Sahagún los describe:
Para conoçer el quilate desta gente mexicana el qual aun no se a conoçido porque fueron tan atropellados, y destruydos, ellos y todas sus cosas, que ninguna apparentia les qedo de lo que eran antes. Ansi estan tenidos por barbaros, y por gente de baxissimo quilate: como según verdad, en las cosa de politia, echan el pie delante, en muchas otras naciones: quie tienen gran presuntio de politicos…

La llegada de la colonia tuvo un impacto importante hacia la educación indígena. Teniendo un plan desarrollado entre escuela y sociedad, los aztecas contemplaban de buena forma el funcionamiento de su sociedad simplemente porque la escuela les daba las herramientas necesarias para su funcionamiento en varios ámbitos de su dinámica social. La colonia en la educación de los nativos tenía otras prioridades, la evangelización y el sometimiento de los pueblos, éste era el “sistema escolar” empleados por los colonizadores hacia los naturales del nuevo mundo. Una educación del sometimiento y la derrota moral y espiritual. ¿Qué fuera de este lugar aún imperando los modos de estudio del Calmécac y Telpochcalli? ¿Qué sería del México actual con el funcionamiento de los Calpullis? Una realidad diferente a la vivida hoy día.


La educación indígena después de la independencia
Después de la colonia, al indígena se le catalogaba como un ser “degenerado” que sólo vaga por las calles cabizbajo y sin una función social en el México mestizo. El indio recordaba un pasado “vergonzoso” de México y que sólo era capaz de alcoholizase y no ser útil a la sociedad postcolonial.
Algunos escritores, durante la guerra de independencia, llegaron a sugerir que los indios debían reconquistar su autonomía y establecer una nueva monarquía indiana. El ánimo de hacer algo por el indio estaba presente en la legislación de las Cortes de Cádiz, donde se le liberó del tributo, del servicio personal a funcionarios o corporaciones; y se extendió la educación y la ciudadanía a todos, excepto a los descendientes africanos. Era fácil idealizar al indio precolombino, se prestaba legitimidad a los movimientos independentistas que querían hacer creer que la soberanía radicaba en el pueblo, en los pobladores originales de las tierras mexicanas. Pero el indio no tenía un lugar en esa sociedad. La utilización del indígena para retomar fuerza independentista pero con los mayores reconocimientos y conveniencias hacia los criollos, dejando una vez más al indígena en la misma miseria que lo caracterizaba.
“El indio contemporáneo, pobre, callado y triste encontraban los gobernadores deambulando por las calles de la ciudad, o encorvado sobre sus instrumentos de labranza en el campo…”[4] El liberal José María Luís Mora consideraba que el indio era un obstáculo para el progreso del país; decía que el indio conservaba en el siglo XIX los mismos vestidos, alimentos, ritos y ceremonias que en tiempos de Moctezuma. Hacerle cambiar no era posible únicamente con la educación y aún así. Los resultados no eran seguros. La educación era lo único que podía modificar este cuadro, pero como era difícil llevar las luces a todas las comunidades indígenas, la mayoría quedaría en la oscuridad de sus propias costumbres milenarias (Anne Staples p. 54).
Para los gobiernos del México independiente, el indio era un recuerdo estorboso de tiempos pasados. Si no había manera de hacerle desaparecer, se le podría relegar, siempre y cuando no causara problemas a la república. Esto se lograría perfeccionando los métodos usados por la corona para asegurar la obediencia y lealtad de sus súbditos: la enseñanza del catecismo religioso y civil, que explicaban al educando sus derechos y obligaciones como cristiano y como ciudadano. Si el indio aprendía bien estas lecciones, el leer, escribir y hacer cuentas salía sobrando (Anne Staples p. 55).
Las categorías sociales fueron abolidas por las Cortes de Cádiz, y los requisitos de limpieza de sangre fueron borrados de la legislación en el México independiente en 1823. Fue difícil perder la costumbre de referirse a la gente según su origen étnico, y existía el problema de encontrar un término adecuado para nombrar a los autóctonos, pues aunque no existía ya la categoría legal, seguía existiendo una realidad social. Se dio la vuelta a este asunto hablando de exindios y de exnobles. El colegio de san Gregorio, para indígenas ubicado en la ciudad de México, ya no podía ser internado de indios después de la independencia porque ya no se podía definir a un indio como tal. El resultado fue que las aulas y dormitorios de este colegio, que se había construido y fincado con bienes de comunidades indígenas, terminó siendo una escuela para niños mestizo y blancos de la metrópoli. Los indígenas, por un cambio de etiqueta, perdieron la única opción de educación secundaria que tenían en la ciudad de México.
La guerra de independencia no significó la puesta en práctica de las metas acordadas en Cádiz. Al contrario, al cumplir la primer década de autonomía de la madre patria, el balance educativo para los indígenas fue desfavorable (Anne Staples pp. 56, 57). A pesar de haber abolido las categorías raciales en la legislación, se seguía clasificando a las personas y a los pueblos. En todo el país se hablaba de indios y de gente de razón, como si los primeros no lo fueran.
La tensión entre las razas no iba mejorando, el racismo y clasismo era muy evidente, trayendo más miseria y explotación a la gente pobre y sin una posición económica estable, que la mayoría eran nativos de las regiones. Esto trajo en 1840 la guerra de castas, una guerra entre indios y blancos trayendo consigo verdaderas masacres; esta guerra terminó en el año de 1906.con este inicio de guerra, la educación indígena empeoró aún más que en años anteriores.
Ignacio Ramírez, para quien la diversidad cultural de las etnias representaba un gran obstáculo para el progreso nacional. Abogó decididamente a favor de la educación indígena. Ramírez encontró una salida, aunque imposible de realizar, que le pareció justa. Les dejaría a los indígenas sus trajes, costumbres e idiomas, pero les exigiría participar plenamente en la vida moderna (Anne Staples p. 61).
Quedó la duda en muchas mentes sobre la conveniencia de invertir recursos monetarios y humanos en la educación indígena si, según la teoría del darwinismo social, los indios no eran aptos para la sobrevivencia y consecuentemente estaban condenados biológicamente, o a mezclarse con otras razas o a desaparecer.
Hasta la fecha, el gobierno no ha atendido a la educación de sus habitantes autóctonos con la misma eficacia que a la población urbana, y seguramente por las mismas razones. Los indígenas habitan zonas alejadas de la sede del poder; no contribuyentes mucho al producto interno bruto; es fácil olvidarse de ellos, pues no tienen ni tenían voz. Como en el siglo antepasado, hay gran sorpresa cuando reclaman los mismos derechos que el resto de la población; uno de ellos, el acceso a las letras y a la cultura universal (Anne Staples pp. 62, 63).

La era posrevolucionaria
En los años 20 la política que prevaleció dentro de la SEP fue la de “la incorporación”. Se buscaba asimilar al indígena a una sociedad formada en modelos occidentales, considerándolo como “un factor normal de la nacionalidad” que debía ser educado en las mismas instituciones que los demás habitantes del territorio (Engracia Loyo p. 142).
En el Congreso de Misioneros de 1922 predominó la idea de segregar a los niños:

...el único medio de proveer a la educación de los niños de las razas de las tribus y tribus que llevan una vida nómada o viven aislados es la reconcentración de ellos puesto que no cabe siquiera pensar que pueda haber maestros que eduquen a estos niños en sus hogares por lo impracticable que tal cosa sería. Como sería difícil que se les reconcentrasen con sus familiares… se impone la necesidad de separarlos en centros donde se pudieran educar satisfactoriamente.


Al error de considerar que los indígenas tenían una cultura inferior, también se añadiría el de separarlos de un medio, donde las autoridades educativas decían que era imposible adquirir la preparación más básica y rudimentaria para satisfacer sus necesidades básicas, y mucho menos una educación que les permitiera su mejoramiento individual y colectivo.
El secretario de educación, José Vasconcelos, y las principales autoridades de la SEP se oponían a que los indios fueran encerrados en “reservaciones” a la manera de Estados Unidos, esta política se puso en práctica hasta después, durante el régimen de Calles. En 1926 el plan era sustraer alguna cantidad de indígenas de sus comunidades y llevarlos a la ciudad para “educarlos civilizadamente” y después de un tiempo devolverlos a sus comunidades para que fueran a su vez “fermento” de civilización. En México más de doscientos jóvenes indios de todas las etnias fueron reclutados y enviados a la capital a la Casa del Estudiante Indígena, institución que funcionaba como internado y que los indígenas asistían a las escuelas diurnas de la ciudad.
“La evaluación final del proyecto arrojó un saldo negativo: la casa desconectaba al joven indio de su grupo racial y su medio; traerlo a la capital para “incorporarlo a una civilización” sólo conseguía habituarlo a la vida metropolitana; le ofrecía un ambiente muy distinto al rural , por lo que la preparación que recibía resultaba inadecuada; carecía de terrenos para la enseñanza; los talleres y oficios no eran propiamente los de las comunidades rurales; la casa allanaba toda suerte de dificultades al alumno, no le enseñaba a luchar para llegar al triunfo, incorporaba individuos y no podía actuar sobre conjuntos étnicos o sociales. Este balance, sin embargo, pasaba por alto las penas y vicisitudes de los indios al enfrentarse a un medio hostil y ajeno a sus culturas”[5]
Desde principios de la nueva década, la SEP optó por seguir el rumbo contrario: llevar “la civilización” a las comunidades indígenas. A su manera de ver, era despectivo “atender a la incorporación de las tribus indígenas para merecer el dictado de nación civilizada”. Con el propósito de lograr “la rehabilitación de los indios” tomándolos de sus comunidades en que se desarrollaba su vida familiar y social de establecieron los internados indígenas o Centros de Educación Indígena (Engracia Loyo, p144).
En estos centros se apoyaría “la labor en sus formas de vida familiar y en sus métodos de vida comunal, sin desvincularlos de una ni de otra.” Las actividades serían naturales “tal como las presentaba la vida. No se abandonaba la idea del internado, solo que ahora estaría dentro de las mismas comunidades y no en centros urbanos.[6]
Para que la enseñanza fuera “viva y real”, los centros se organizarían sin servidumbre; las ocupaciones y quehaceres domésticos, la crianza de animales, los trabajos agrícolas, las industrias rurales y “en general, toda labor necesaria a la institución”, sería planteada y hecha por los alumnos (Engracia Loyo, p. 145).

El plan sexenal de Lázaro Cárdenas establecía que la educación rural merecería preferencia sobre cualquier otra rama. Con esta reforma la escuela rural daba un paso adelante en su acción transformadora de las comunidades. Se desecharían conocimientos inútiles, propios de la escuela burguesa, liberaría a los campesinos e indígenas de supersticiones y prejuicios, los enseñaría a organizarse y a defenderse contra la explotación, el engaño y el acaparamiento, y los emanciparía de los terratenientes y de las fuerzas conservadoras.
Ésta nueva política ya no buscaba “incorporar” al indígena, sino “integrarlo”; combinar su cultura con los valores de la civilización occidental para lograr una síntesis. La tesis integralista era un movimiento de ida y vuelta: “hacer al indio más mexicano, pero también más indio al mexicano.”
Acciones a favor de la educación de los indios realizadas por el mismo Cárdenas, entre ellas la creación del Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas, cuya misión inicial fue una campaña tenaz de defensa del indio de sus explotadores, y el estudio de sus condiciones de vida para poder después desarrollar “un bien meditado plan de rehabilitación económica”, se impulsó la investigación antropológica y se fundaron nuevos Centros de Educación Indígena. Estas consignas respondían, además, al plan sexenal que demandaba la reforma agraria.[7]

Ni indio ni mestizo, sino Latinoamericano
La herencia indígena y española es la base de la cultura mexicana actual, donde está lo indígena lo cubre lo español y viceversa. La gran influencia que tenemos de ambas partes es visible en muchos aspectos: la comida, las relaciones familiares, las costumbres, las fiestas y hasta en la arquitectura. De ésta mezcla esparcida por la gran parte del continente americano una rica civilización en diversidad y expresiones de la cultura. La universidad o, la educación, a lo largo del continente ha sido aportadora del gran conocimiento de los sabios del continente hacia el mundo. Las manifestaciones culturales son de gran importancia para la identificación y cohesión social del continente, no olvidar nuestras raíces, reconocer a los dueños de estas tierras y conjugar la influencia europea que le pone un sabor muy característico a varias regiones del continente. La mejor forma de observarlo es en las palabras de los literatos de estas tierras que han comentado sobre esta mezcla de mundos opuestos que llevaron a la realidad actual de nuestro continente. Ellos que son la expresión viva de la aportación de la universidad hacia la sociedad. En una conferencia pronunciada por Octavio Paz el 4 de diciembre de 1976 en la universidad de Yale:

“Las dudas comienzan con el nombre: literatura latinoamericana, iberoamericana, hispanoamericana, indoamericana. Una ojeada a los diccionarios españoles indican que el adjetivo iberoamericano designa a los pueblos americanos que antes formaron parte de los reinos de España y Portugal. La inmensa mayoría de los brasileños e hispanoamericanos no acepta esta definición, prefiere la palabra latinoamericano… la palabra latinoamericano tampoco existe en la mayoría de los diccionarios españoles. Las razones de esta omisión son conocidas; no las repetiré y me limitaré a recordar que son más bien de orden histórico y patriótico que lingüístico. Si latino quiere decir, en una de sus acepciones, “natural de algunos pueblos de Europa en que se hablan lenguas derivadas del latín”, es claro que conviene perfectamente a las naciones americanas que también hablan esos idiomas. La literatura latinoamericana es la de los pueblos americanos que tienen como lengua el castellano, portugués y francés. Es una definición histórica pero, sobre todo, es una definición lingüística…”[8]

Carlos Fuentes habla sobre la influencia española:

“La España que llegó al nuevo mundo en los barcos de los descubridores y conquistadores nos dio, por lo menos, la mitad de nuestro ser. No es sorprendente, así, que nuestro debate con España haya sido intenso, y continúe siendo, tan intenso, pues se trata de un debate con nosotros mismos…varios traumas marcan la relación entre España y la América española. El primero, desde luego, fue la conquista del nuevo mundo, origen de un conocimiento terrible, el que nace de estar presentes en el momento mismo de nuestra creación, observadores de nuestra propia violación, pero también testigos de las crueldades y ternuras contradictorias que formaron parte de nuestra concepción… un dolor magnífico funda la relación de Iberia con el nuevo mundo: un parto que ocurre con el conocimiento de todo aquello que hubo de morir para que nosotros naciésemos: el esplendor de las antiguas culturas indígenas.”[9]

Moreno de Alba y la hispanización de América:

“Diversos fueron los camino que condujeron a una verdadera mezcla de español y lenguas indígenas, sobre todo a la influencia de los hijos de los caciques principales, que aprendían el español en casa de los conquistadores y colonizadores. En las antillas la hispanización fue ciertamente rápida, quizá demasiado. El indio de esas islas se extinguió rápidamente, incapaz de soportar las nuevas condiciones sociales. La hispanización significó la desaparición del indio antillano y algo análogo sucedió en casi toda la costa de América y en parte del interior.”[10]

Mario Benedetti habla sobre el indio en la literatura como medio de expresión:

“Ya en Ciro Alegría de El mundo es ancho y ajeno es posible hallar por lo menos un personaje indio de real carnadura: el alcalde Rosendo Maqui; pero si se quiere asistir a una asunción legítima del indio como personaje y como tema, es necesario llegar hasta Juan Rulfo y José Arguedas. En los cuentos de El llano en llamas o en la novela Los ríos profundos, el indio o el mestizo no son marionetas sino seres humanos. El maniqueísmo cede paso a la hondura psicológica. El problema social, políticamente decisivo, sale del manual, se desprende de su esquematismo, se introduce como el aire en los pulmones del personaje, y así pasa a la sangre, se funde con su pasión individual.”

En las montañas de California vivía una tribu nativa americana, los Yahi, sufriendo estos el etnocidio por los saldu (hombre blanco) queriendo desaparecer la tribu para apropiarse de sus tierras; Ishi se expresó así de los saldu:

“Los dioses de los saldu y los h´roes de los saldu están más allá de la comprensión de un Yahi. Son inteligentes, mucho más inteligentes que Jupka y Kaltsuna (dioses Yahi) y que los héroes de los Yahi. Dieron a su pueblo ruedas, fuego-rápido y hierro y acéro, fuertes para hacer herramientas; les dieron muchas, mucha cosas buenas. Pero, a mí me parece, no se preocuparon demasiado de que su pueblo fuera sabio. Al parecer no establecieron un camino –un camino claro- para que los siguieran los saldu.”[11]

Las distancias entre indio y mestizo cada vez se van acortando, la discriminación y los modelos políticos internacionales, por igual, están apretando la existencia a varios grupos de la sociedad, sin importar la viviendo urbana o rural; el indio y el mestizo se unen y dan paso al latinoamericano, pues es de la incumbencia general de lo que se vive en el continente, a todos nos afecta y a todos nos benefician hechos políticos sociales y culturales. Ya lo escribía Jorge Icaza Ñucanchic huasipungo! (¡Defendamos nuestro hogar!), y que ¡la justicia no es limosna! (Ciro Alegría).

La problemática actual
El subsecretario de Educación Básica de la SEP, Fernando González, consideró que la educación indígena debe rediseñarse, pero sin detenerla a fin de elevarse la calidad de la enseñanza que imparte a esas comunidades. También exponiendo que se debe tratar de conservar la riqueza cultural que los ancestros heredaron a través de los pueblos.
Informes del Instituto Nacional de Evaluación para la educación (INEE) 11% de los niños de ese grupo social no asiste a la escuela.
El sistema tiene varias debilidades como ser centralizado, además de que contiene errores estructurales, pues no cuenta con personal que hable a la perfección las lenguas nativas, con habilidades docentes y que domine los contenidos académicos, explicó.
Ante ese panorama se impulsa la Licenciatura en Educación Indígena en estados donde hay comunidades con esas características para que el personal que se contrate cuente con la preparación adecuada e imparta los cursos desde preescolar hasta secundaria.
El instituto precisó que los indígenas obtienen los resultados más bajos de aprendizaje, no únicamente por factores socioeconómicos sino porque la calidad del docente es un factor importante para el aprendizaje.
En ese contexto, el subsecretario de Educación Básica afirmo que para acabar con el rezago educativo que prevalece en ese sector de la población “se deben hacer varias cosas a la vez”, ¡pues ya estuvieran! [12]



El indigenismo en la actualidad puede retomar la fuerza que tuvo en tiempos pasados. Los indígenas actuales podrían promover y conservar el patrimonio heredado por sus antepasados, siendo ellos los propietarios naturales de los suelos en los que viven y existieron sus antepasados. En la zonas arqueológicas que sean ellos los principales productores y directores para el manejo de esas zonas específicas, claro que siendo asesorados y apoyados por organismo gubernamentales y particulares, conocedores del tema, pero que sean ellos, los indígenas, los propietarios de las tierras de sus pasados. Que resurja el Calpulli entre las comunidades indígenas y, con esto, el renacimiento de una escuela indígena moderna pero también con conocimientos milenarios, funcionando así la modernidad con el pasado, teniendo como resultado una vida “activa” para el indígena promoviendo sus patrimonio, su cultura y su sabiduría milenaria para el mejor desarrollo total de un país tan polarizado como lo es México
La escuela indígena tenía sus objetivos claros. La preparación de los estudiantes para tener cargos de gobierno eran cruciales para el buen desarrollo de la comunidad. Los estudiantes, tomados de las mismas comunidades, eran los que en un futuro gobernarían la zona que los vio crecer. Con esto me refiero a que los gobernantes conocían las verdaderas necesidades y el desarrollo de las diferentes jerarquías de la sociedad, siendo más eficientes los gobiernos de los Tlatoanis. En la actualidad ocurre todo lo contrario; los gobiernos mexicanos en las últimas décadas se han caracterizado por ser individuos provenientes de una clase social muy alta, nunca teniendo contacto o haber estado en situaciones económicas y sociales a sus estatus, ignorando las verdaderas necesidades del pueblo. Por si fuera poco ha esto, también se caracterizan por haber estudiado en universidades privadas en el extranjero, esto alejándolos más de la realidad del México que gobernará; trayendo consigo modelos económicos incompatibles a la cultura y mucho menos que beneficien a la sociedad en general con equidad. No digo que se malo estudiar en el extranjero, el problema es que en muchas ocasiones esto desvía al verdadero objetivo de un gobierno. Tener bien cimentadas las raíces, conocer a la sociedad en todo aspecto (carencias, cultura, economía, problemática) y trabajar para la sociedad misma. Hoy que se promueven gobiernos egoístas, en lo que unos cuantos son los beneficiados a consecuencia de los cargos públicos que el pueblo les da para que realicen los el trabajo de gobierno justo y para el pueblo y que no trabajen para ellos y, unos cuantos, ignorando a la población por la que verdaderamente deberían trabajar.




Bibliografía:
-ANDAHAZI Federico (2006) El conquistador. Planeta, México.

-BECERRA Camacho-MICHEL Padilla (2002) Literatura Hispanoamericana. Amate editorial, México.

-GONZLABO Azpiru- OSSENBACH Educación Indígena en Iberoamérica, El colegio de México, Universidad de Educación a Distancia.
· Anne Staples Una falsa promesa: La educación indígena después de la independencia.
· Engracia Loyo Bravo. Los centros de educación indígena y su papel en el medio rural (1930- 1940).
· Mitos y realidades de la educación colonial.

-KROEBER Theodora (2006) ISHI: el último de su tribu (crónica antropológica de un indio americano). 5ª edición, Antoni Bosch, editor. Barcelona.

-PONCE Pedro, SÁNCHEZ de Aguilar y otros (1987) El alma encantada. I.N.I. & F.C.E. México.


[1] ANDAHAZI Federico (2006), El Conquistador, Editorial Planeta, México, pp. 53, 54.
[2] "Calpulli," Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2007 http://es.encarta.msn.com © 1997-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
[3] Ponce Pedro, Sánchez Pedro (1987) El alma encantada. F.C.E. México, p. 29.
[4] GONZALBO A. Pilar- OSSENBACH G. Educación Indígena en Iberoamérica El colegio de México- Universidad Nacional de Educación a Distancia. p. 53
[5] GONZALBO A. Pilar- OSSENBACH G. ob. Cit. p.143.
[6] Ob cit, pp. 144, 146.
[7] Ob. Cit., p. 147.
[8] CAMACHO B. Heriberto, MICHEL René (2002) Literatura Hispanoamericana, Amate editorial, México, pp.21, 22.
[9] CAMACHO B. Heriberto, MICHEL René Ob. Cit. p. 33.
[10] CAMACHO B. Heriberto, MICHEL René Ob. Cit. p. 37.
[11] KROEBER Teodora (2006) ISHI: el último de su tribu. Antoni Bosch, Editor, Barcelona, p. 192.
[12] Articulo publicado en La Jornada online 27/04/2008 (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2008/04/27/necesario-redisenar-el-modelo-de-educacion-para-indigenas-sep) El subrayado es mío.