Lococista 'Maya sobre Luna azul' acuarela y tinta china sobre cartón
La luna se recuesta en Palenque, la ciudad rodeada por ríos, venas de vida.
La luna se asoma en Yaxchilán para hacer crecer las piedras-verdes, los dioses que viven.
La luna baja en Bonampak para que los muros pintados sigan en pie de contarnos historias.
La luna nació en Teotihuacán donde los dioses le dieron por compañero un conejo;
fiel testigo de los nacimientos de piedra, pero aún así calla esos secretos de civilizaciones antiguas, de dioses pasados, de nuestros abuelos en tumbas de tiro.
La luna sigue mi camino, pues mi nación vive en el ombligo de la luna